Mientras a Felipe Calderón ya se le cuecen las habas por iniciar la celebración de su triunfo, según el cartón de hoy de Francisco Calderón, El Peje trata de detener el tiempo para retardar la evidencia de que es el candidato derrotado.
Así lo escribe Carlos Ramírez en su cotidiano análisis sobre la contienda presidencial.
Para el analista, la lucha de Andrés Manuel López Obrador se resume en tres puntos:
1.- No acepta que Felipe Calderón haya ganado la elección. Para López Obrador, él gano la elección. Y no entenderá ninguna decisión que no sea la de declararlo presidente electo. Por tanto, su lucha es por la presidencia, no por la legalidad electoral.Aquí el enlace a la columna Diario de Campaña, de Carlos Ramírez
2.- No respeta las leyes electorales y quiere imponer su voluntad. Ha emprendido campaña de desprestigio contra los funcionarios de casilla, el IFE, el Trife y los otros partidos.
3.- Su lucha es con el pueblo y llegará hasta donde el pueblo quiera. Pero su argumentación tiende a exacerbar la violencia del pueblo.
Por tanto, hay que registrarlo, López Obrador no se encuentra en un conflicto poselectoral sino que entró ya en la lógica de una insurrección revolucionaria, en una situación de ruptura revolucionaria que se basa en el dilema de la presidencia o la violencia social.
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