domingo, mayo 10, 2009

Comentocracia: La versión correcta del escándalo

Caricatura de Boligán en El Universal

Así viene la síntesis de artículos:

Salvamos a la humanidad. Aja

El Universal, p. 25/Primera-Opinión
Alejandro Páez Várela
Reflexiono sobre esto porque no me puedo quitar de la cabeza la afirmación de que “salvamos a la humanidad”, hecha por Felipe Calderón. Es de pena ajena. Ni hablar. Podría competir con cualquiera de las cinco primeras frases célebres de Vicente Fox Y eso, amigos, es mucho decir. (…) Qué bueno que la humanidad cuenta con Calderón para que la salve. Pero, sin ánimos de contradecir a nadie, lo que es mucho mejor para los mexicanos es que Calderón cuente con el resto del mundo: laboratorios canadienses o norteamericanos, protocolos de salud de la OMS, medicamentos sin patria, farmacéuticas sin nacionalidad que desarrollan vacunas y curas y todo eso. (…)


La versión correcta del escándalo

El Universal, p. 25/Primera-Opinión
Carlos Monsiváis
Lancemos, por decir algo, una hipótesis. Se publica un libro de escándalo que denuncia malos manejos, aceptaciones de sobornos, organizaciones de complots contra un candidato presidencial, escenas de fraternización entre un ex presidente de la República y una dirigente de la izquierda democrática, en fin, lo que ustedes imaginen y gusten.
El libro, perniciosamente, provoca comentarios, satura las líneas telefónicas, distrae del ocio a los políticos, se vuelve un tema inevitable porque no hay mayor dolor, lo dijo Dante, que no tener nada de qué escandalizarse. Y los medios, la mayoría de ellos al menos, se lanzan a preguntar a los involucrados en el libelo: “¿Usted qué opina de lo que dicen de usted? ¿Está de acuerdo en la descripción? Si naciera de nuevo, ¿volvería a juntarse con el autor de ese diabólico panfleto?”. (…)


Las delaciones de Ahumada

Milenio Diario, p. 3/Opinión
Federico Berrueto
Carlos Ahumada no es novelista ni cuentista. Seguramente es un empresario corrupto y corruptor, pero no es su imaginación lo que teje su libro. Podría haber ingenuidad, como dice Raymundo Rivapalacio, pero descalificar los dichos a partir del juicio moral de quien escribe no tiene validez argumentativa. Sorprende que analistas de pretendidos altos vuelos recurran a tal criterio. Las palabras y los juicios merecen ser respondidos en sus propios términos, no invocando la condición o calidad de quien habla. Jorge Castañeda, en entrevista radiofónica con Pepe Cárdenas, califica de veraces buena parte del contenido del libro o, más bien, del tema del complot contra López Obrador, afirmación que adquiere valor por su condición de prominente miembro del gabinete foxista y una persona singularmente claridosa. (…)

Lodo, dolo y cobre

Milenio Diario, p. 19/Opinión
Jorge Medina Viedas
Los adversarios del Partido Revolucionario Institucional están haciendo todo lo que sea necesario para generar las condiciones de los años 2000 y 2006, las cuales les permitieron derrotarlo, primero, y mandarlo al tercer lugar de las preferencias, seis años después. Para el PAN todo parece indicar que la lucha política electoral es mezclar lodo, dolo y cobre. La aleación se puso en práctica con sorprendentes resultados con Los Amigos de Fox en 2000; y en 2003 y 2006 a través del dinero del gobierno federal, todo lo cual llevó a ese partido, una vez a ganar y otra vez a refrendar la Presidencia de la República. En la contienda electoral de 2009, todavía no desbancan del primer lugar de las preferencias electorales al PRI, pero las orientaciones de la campaña han calado en lag ente y se han acercado en los momios. Es evidente que cebados por el éxito, con recursos y cinismo suficientes para no detenerse en sus propósitos, reciclaron la estrategia del miedo y ahora es el PRI el que representa el peligro para México. Y tan dispuestos están a seguir con la estrategia, que seguirán con ella pese a los señalamientos que lo responsabilizan de denigrar las campañas, y pese a las multas de los tribunales, pues metálico para pagar, hay.

Imagen y libertad de expresión

Milenio Diario, p. 18/Opinión
Juan Ignacio Zavala
El gusto por lo “políticamente correcto” amenaza con quedarse entre nosotros. Simplificando el significado de esta moda podríamos decir que consiste en no decir lo que se piensa de la forma en que se quiere decir. Se buscan las palabras suaves, los conceptos blandos que hagan sentir -sobre todo sentir- que no se quiere a determinada persona o grupo político o social. Es la manera de evitar los debates ríspidos, las palabras duras, los significados concretos y eludir los problemas graves, los temas áridos. Es el reino del eufemismo.

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