domingo, septiembre 06, 2009

Comentocracia: Calderón a medio camino

Caricatura de Boligán en El Universal

Así viene la síntesis de artículos:

Calderón a medio camino

Reforma, p. 12/Primera - Opinión
Enrique Krauze
Según la teoría de las generaciones, los ciclos históricos suelen durar sesenta años. Así, en el orden político nacido de la Revolución Mexicana se dieron cuatro elencos sucesivos, cuya vigencia duró aproximadamente quince años: los fundadores de las instituciones (nacidos entre 1890 y 1905), los encargados de su consolidación (1905-1920), los críticos que las pusieron en tela de juicio (1920-1935) y los rebeldes que buscaron reformarlas, superarlas o destruirlas (1935-1950). La teoría no sólo funciona para entender a los gobiernos del PRI. También al PRD y al PAN. Puertas adentro del PAN, Vicente Fox (nacido en 1942) representaba a la generación del cambio. (…) Por desgracia, Fox desperdició la oportunidad de sentar las bases para que la siguiente generación (…)


Impulsando el desarme

El Universal, p. 20/Primera
Juan Manuel Gómez Robledo
Durante los próximos días tendrán lugar dos acontecimientos de suma importancia para el desarme mundial: uno se celebrará en la ciudad de México y otro en la de Nueva York. Los últimos 15 años han sido un periodo poco fructífero para el desarme nuclear. El reacomodo de las estructuras del poder internacional, sumado a políticas unilaterales o de grupos reducidos, ha dado lugar al congelamiento de las negociaciones sobre desarme nuclear y al crecimiento del número de estados con arsenales nucleares. Asimismo, ha habido poco movimiento en la implementación de acuerdos sobre armas pequeñas y ligeras, las cuales inundan el mundo y causan aproximadamente mil muertes cada día (…)

Qué tanto es tantito

El Universal, p. 20/Primera
Sara Sefchovich
El diario español El País dedicó un artículo a la violencia en México y reprodujo unas palabras del presidente Calderón, según las cuales “no existe el enorme caos y la enorme inseguridad que algunos en el exterior creen y que otros se empeñan en proclamar”. Y agregaba el mandatario: “Hablar mal del país para muchos es un esfuerzo cotidiano”. Calderón no es el primero que afirma que los medios de comunicación, analistas y académicos hacen ver una realidad más negra que la que realmente existe. Zedillo y Fox dijeron también que “el problema se ha magnificado”, aquél acusó de malosos a los críticos y éste hasta llegó a recomendar a los mexicanos que no leyeran el periódico (…)

La segunda mitad

El Universal, p. 21/Primera
Alejandro Páez Várela
Afortunadamente llegamos a la mitad del sexenio. Y que todos los que dependan de Felipe Calderón Hinojosa para vivir, para trabajar, para tener un sustento moral, que lo anoten: el sexenio ya casi terminó. Le pondremos atención al cuarto año del Presidente de la República, pero al quinto posiblemente ya no. Se acabó. Empiezan las campañas. Por un momento nos gobernará el presupuesto del Instituto Federal Electoral y, después, el protocolo de la llegada del siguiente hombre en Los Pinos (…)


¿Por qué?

Reforma, p. 13/Primera - Opinión
Luis Rubio
En ocasiones no es fácil decidir si hay que estar orgulloso o tener vergüenza. El país se ha convertido en un ente disfuncional sin capacidad de plantear un camino viable al desarrollo, responder a los retos del momento o llevar a buen puerto los planes que con tanto ahínco se preparan pero que con tanta celeridad naufragan. La entrevista del astronauta José Hernández Moreno con el presidente Calderón es una de esas ocasiones que invitan a reflexionar sobre nuestra realidad y la naturaleza de nuestros retos. (…) Es patético que un mexicano pobre tenga que migrar para llegar a ser alcalde de una gran ciudad como Villaraigosa en Los Ángeles; que José Hernández sea astronauta sólo porque vivió en EUA; o que Mario Molina haya podido lograr el Nobel porque investigó fuera. El contexto al que llegan los emigrados les abre oportunidades que casi ningún otro mexicano tiene a su alcance (…)

Calderón: nuevo rol de una presidencia fallida

Milenio Diario, p. 14/Opinión
Alán Arias Marín
Una parte del discurso del presidente Calderón, pegoste tardío, del absurdo y reiterado triunfalismo de logros y valentía dominante, acierta a describir la dura realidad inercial del país. No se trata en rigor de un diagnóstico, mucho menos un ensayo de autocrítica. La incómoda pretensión de enunciar un esbozo tardío de agenda pública deriva en la reiteración de los viejos y grandes problemas nacionales, sabidos como cambios necesarios y perentorios desde hace décadas. Reconocimiento de lo no hecho. Confesión elíptica de culpas, malamente endosadas a los otros y a la fatalidad de aztecoides plagas bíblicas. Pareciera, más bien, un relámpago testimonial autoculposo de una presidencia (y una apuesta partidista) fallidas; y que apunta a ser -temor generalizado- un acto político fallido, anuncio premonitorio de un simbólico final prematuro del sexenio (…)

El cambio del cambio, o del espiritualismo panista

La Jornada, p. 20/Opinión
Rolando Cordera Campos
El presidente Calderón descubrió la necesidad de cambiar y presto transmitió su descubrimiento al respetable. Precedido de una ominosa campaña de saturación publicitaria, que lo convirtió en un curioso conductor de programas de autoayuda o venta de productos milagrosos, como la seguridad pública, el bienestar o la salud para todos, Calderón dedicó la mañana del 2 de septiembre a conjugar el verbo cambiar hasta topar con la necedad del dogma hacendario y reafirmar su fe en un equilibrio fiscal que en la actual circunstancia del mundo y de México tiene de sano lo que la cicuta tuvo para Sócrates. Pero así y todo, el Presidente hizo su día y el infantil verbo antipresidencialista que acabó con el fundamental rito republicano del diálogo público entre poderes tuvo su tarde (…)

¿No que no?

Excélsior, p. 1-4/Comunidad
Federico Döring
Esta semana se agudizaron los signos de ingobernabilidad de nuestra ciudad, que, en gran medida, han orillado al jefe de Gobierno a acudir a Palacio Nacional a escuchar el mensaje del presidente Felipe Calderón. Más allá del berrinche pueril de marcharse para no estrechar la mano de Calderón y, por ende, negar la tan cacareada foto o quizá pensando, perversamente, provocar con ello la nota y ganarle la partida a Enrique Peña Nieto en tal evento, Marcelo Ebrard Casaubon ha mandado un mensaje diáfano de madurez y responsabilidad que le quedó desafortunadamente grande al PRD del DF (…)

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