viernes, diciembre 18, 2009

Comentocracia: ¡Gol, gol, gol! de Calderón

Caricatura de Magú en La Jornada

Así viene la síntesis de artículos:

¡Gol, gol, gol!

El Universal, p. 31/Opinión
Ana María Salazar
¡Gol, gol, gol, goooool para el presidente Felipe Calderón! A punto de finalizar el partido y Calderón en una escapada metió un gol. Los demás actores políticos podrán argumentar lo que quieran, denigrar, cuestionar los motivos y tratar de disminuir la importancia de las diez propuestas presentadas por el Presidente, pero la realidad es que por fin se puso sobre la mesa de discusión cuáles deben de ser las reformas necesarias para buscar cambiar la dinámica de cómo se hace política en esta democracia en transición que es México (…) Puede haber muchas, pero muchas críticas del paquete de iniciativas de reforma política presentada, pero a estas alturas Calderón y el PAN tienen poco que perder (…), en cambio el PRI y el PRD tienen largas colas que les pueden pisar los ciudadanos hartos de tanta política irresponsable (…) El problema es que la forma en que se hace política en este momento y el rumbo que está tomando el país es simple y llanamente indefendible. Cualquier cambio, aunque sea un experimento, es mejor que dejar las cosas como están (…)

El relevo de Guillermo Ortiz: una interpretación

El Universal, p. 30/Opinión
Francisco Suárez Dávila
Hay decisiones que son fundamentales, marcan rumbo, reflejan los objetivos y las cualidades del gobernante. La decisión sobre si Guillermo Ortiz sería reelecto al frente del Banco de México o sería relevado fue una de ellas (…) La reelección de Ortiz significaba a mi juicio, privilegiar los intereses superiores del país, anteponiéndolos sobre antipatías personales. Ortiz es en la actualidad uno de los banqueros centrales más prestigiados y escuchados en el mundo (…)

Sus posibles puntos de debilidad ante el Presidente eran su fortaleza ante el país. Defendió la autonomía cuando erróneamente el gobierno deseaba una prematura baja de tasas de interés. Mantuvo la credibilidad: cuando el secretario de Hacienda pronosticaba un ilusorio crecimiento del 3% para 2009, él vaticinó acertadamente un crecimiento negativo, siendo tildado de ¡¡¡catastrofista!!! (…) La agenda hacendaria tiene grandes retos, frente a la crisis y para la reconstrucción posterior (…)

Reforma política

El Universal, p. 31/Primera-Opinión
José Fernández
Convengamos en que la propuesta de reforma política presentada por el presidente Felipe Calderón es un aliciente para que los mexicanos pongamos atención no solamente en los problemas económicos que agobian al país, sino también (…) la forma en que se puede mejorar el diseño de nuestras instituciones (…) El decálogo presentado el martes 15 de diciembre debe ser motivo para reactivar la discusión en torno a la reforma del Estado (…) Lo que está faltando, sin embargo, es el reconocimiento de que en los últimos 12 años el poder en nuestro país se ha ido desplazando, para fortuna de nuestra democracia, del Ejecutivo al Legislativo (…) Los temas que hoy saca a relucir Felipe Calderón ya habían sido ventilados (…) Así pues, no hay nada nuevo bajo el sol y, por tanto, tampoco hay motivo para que se diga (…) que esta es la más importante iniciativa que se ha presentado desde los tiempo en que don Jesús Reyes Heroles (1977) planteó la reforma política.

Pensar en grande

El Universal, p. 31/Opinión
Enrique Del Val Blanco
El Presidente de la República ha propuesto una serie de reformas políticas que sin duda ocuparán la atención de los mexicanos en los próximos meses. (…) Muchos pensamos que al igual que se hace en otros países, cuando ya las formas políticas están agotadas, es necesario llevar a cabo una reforma radical, que significa en muchos casos, refundar los principios republicanos (…) Ahora esperemos que el Presidente haga en las próximas propuestas alguna que se refiera a la reforma económica y social de este país, pues ya no es posible seguir con el mismo modelo económico, que ha dado muestras de decrepitud y cansancio (…) Les sugerimos a las autoridades educativas y de ciencia que vean lo que está proponiendo el gobierno francés para que entiendan la importancia de estos sectores, mas allá de las menciones discursivas sobre Manuel Gómez Morín, quien si vivera se avergonzaría de lo que están haciendo sus compañeros de partido.

Por la reforma

Reforma, p. 15/Primera - Opinión
Carmen Aristegui
(…) En un contexto de debilidad política y con el mayor cálculo posible de los efectos que causaría, es que Felipe Calderón lanza al ruedo y al Congreso la serie de iniciativas para una reforma política de largo alcance que deberían concitar un debate nacional. No son asuntos nuevos en la discusión académica y política. Desde hace años éstos y otros temas que no contempla la lista de Calderón están discutidos hasta la saciedad (…) La novedad ahora es que, la reforma debatida una y mil veces, se ha traducido ya en una primera ronda de iniciativas. De prosperar, sería una de las más importantes transformaciones político-electorales realizadas en México en los últimos 15 años, por lo menos. Se trata de reformas profundas a las que deberán agregarse otras del mismo ámbito, otras sobre monopolios y competencia económica, en materia de medios de comunicación y telecomunicaciones y las que hiciere falta para que, en su conjunto, realmente logre transformarse y modernizarse la vida pública nacional (…) Puede gustar o no lo que plantea Calderón. Se puede reclamar por las omisiones y la falta de integralidad en la propuesta. Incluso por la oportunidad u oportunismo de su iniciativa. Lo que sea. Lo que no se puede negar es el diagnóstico: una sociedad fastidiada, resentida, demandante en un contexto de crispación, de violencia y de falta de caminos. De eso y otras cosas está hecho el fantasma del estallido social. Por eso y por un sentido de sobrevivencia, la clase política y la sociedad están obligadas a desplegarse en un debate nacional verdadero que dibuje, finalmente, una ruta de salvación. Nuestras gestas de Independencia y Revolución deberían inspirar esta tarea.

El Decálogo

La Jornada, p. 17/Opinión
Luis Javier Garrido
La supuesta “reforma política” de Felipe Calderón, anunciada hace tres meses, que ahora envía en, 10 puntos al Poder Legislativo exigiendo se le apruebe “al vapor”, es un bodrio que entraña gravísimos retrocesos para la vida democrática -en especial con vistas a 2012-, y que no logra ocultar sus pretensiones con su mañosa presentación como un paquete “progresista” o inocuo (…) El paquete de 10 modificaciones constitucionales y legales en materia político-electoral, que- el gobierno calderonista envió al Senado (…) constituye una nueva regresión en materia de instituciones políticas, de partidos y de elecciones, que cancela múltiples derechos a los ciudadanos en aras de consolidar el modelo económico (…) Las llamadas “reformas políticas” o “electorales” no han tenido nunca la aspiración real de instaurar en México una democracia política (…)

¿Qué propone Calderón?

Milenio Diario, p. 16/Opinión
Pablo Gómez
Después de tres años de gobierno y de haber perdido la elección intermedia del sexenio, Felipe Calderón ha presentado su propuesta de reforma del sistema político de la Constitución. De los diez puntos, sólo dos significarían cambios trascendentes en el subsistema de partidos: las candidaturas independientes y la segunda vuelta en la elección de presidente de la República (…) A partir de aquí todo tiende a ser peor. El referéndum (…) sería un acto dictatorial en plena forma (…)
En cuanto al llamado veto parcial, se trata de una facultad mayor del Ejecutivo y una disminución de la fuerza del Congreso, mientras que la reconducción presupuestal es de corte eminentemente conservadora: dejar las cosas como estaban el año anterior (…)en cuanto a la iniciativa ciudadana (…) pero lo más destacado es que no se propone el referéndum como instrumento del pueblo para derogar disposiciones de carácter general ni se admite la revocación del mandato (…) En síntesis, en México no hay derecha democrática.

Los saldos de Calderón

Milenio Diario, p. 17/Opinión
Epigmenio Ibarra
Conveniente y apenas oportuna resultó para Felipe Calderón la caída de Arturo Beltrán Leyva en un enfrentamiento en la ciudad de Cuernavaca. Con la cabeza del Jefe de jefes en la mano, Calderón se pasea con la frente en alto en Copenhague, donde, aprovechando los reflectores, apenas unas horas antes había puesto sobre el tapete, con la iniciativa de reforma política, su última y más radical apuesta antes de que, tras “tres largos años”, termine su mandato (…) Con un saldo negativo de reformas frustradas, desempleo creciente, victorias parciales en su guerra contra el narco y la nación sumida en una crisis económica estructural y profunda que no puede ya atribuirse a causas externas, Calderón y su gobierno están destinados a dar por concluido el breve, frustrante y desangelado paso del PAN por la Presidencia de la República (…) La guerra para Felipe Calderón y los suyos, parafraseando a Clausewítz, es la lucha político-electoral por otros medios (…)

La reforma política

El Financiero, p. 33/Opinión
Guillermo Knochenhauer
(…) El problema no es que el gobierno, los legisladores y jueces estén paralizados, sino que actúan con demasiada frecuencia por las razones equivocadas, en actitud sumisa ante abusos de poderes fácticos que corrompen las leyes y a las autoridades encargadas de su aplicación. Ése, me parece, es el frente más vulnerable del sistema político frente a los poderes corporativos que impiden los cambios necesarios para reactivar las inversiones, el empleo e, inclusive, una mejor distribución de la riqueza para que México vuelva a crecer en todo sentido. El otro frente vulnerable es la inoperancia del arreglo institucional en su esencial función de articular el quehacer de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Sólo a este aspecto se refieren las propuestas de reforma política que envió el Presidente Calderón a la Comisión Permanente del Senado de la República para su consideración. La iniciativa tiene el gran mérito de abrir la discusión sobre el Estado mexicano y las funciones que ha perdido junto con el sentido nacionalista del ejercicio del poder. El Estado requiere un nuevo arreglo institucional, pero sobre todo requiere un nuevo pacto que vuelva a anteponer el interés nacional a los de grupos particulares. Lo más pernicioso es ignorar el problema, como lo hizo Fox (…) Lo peor que puede suceder con la reforma política es que todo quede en un equilibrio de pesos y contrapesos de la división de poderes de nuestro sistema, que sea el resultado de cuotas negociadas entre el gobierno y los partidos para aparentar cambios que permitan conservar el estado de cosas. Se requiere un pacto que dé lugar a un Estado capaz de restablecer las expectativas de seguridad, ingresos y convivencia entre los mexicanos.

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