lunes, mayo 17, 2010

Columnas: Diego Fernández de Cevallos, herido; siempre iba armado

Síntesis de columnas: caso Diego Fernández de Cevallos

Bajo Reserva
El Universal, p. 2/Primera
Sin Autor
* La peor crisis de inseguridad que padece México desde que se tenga memoria golpea directamente al corazón del partido del Presidente de la República. En una semana fue ejecutado el candidato de Acción Nacional en Valle Hermoso, Tamaulipas, Mario Guajardo, y fue secuestrado el ex candidato presidencial, ex senador y ex diputado Diego Fernández de Cevallos, poniendo en evidencia que el país está a merced del crimen organizado a pesar de las promesas de campaña no sólo del PAN y de Felipe Calderón, sino de todos los partidos que hacen gobierno. (…)
* La posibilidad de que Diego Fernández de Cevallos esté herido agrega presión a las investigaciones. Sin agravantes, en un “secuestro normal” se degrada la salud de los retenidos; con una herida, este proceso se acelera. Varios cercanos al polémico abogado dicen que Diego Fernández de Cevallos siempre andaba armado. Rehuía a las escoltas, y prefería un arma en sus vehículos. (…)

Pepe Grillo
La Crónica de Hoy, p. 3/Opinión
Sin Autor
** No hay señales de Diego Fernández de Cevallos, sólo versiones y especulaciones de todo tipo. Ni certeza de que se trate de un plagio por dinero, un acto con intereses políticos, o una demostración de fuerza del crimen organizado. La procuraduría local, la PGR y la SSP están en la búsqueda, y no descartan ninguna línea de investigación.
** Jesús Ortega, líder del PRD, convocó “a todas las fuerzas políticas y sociales” a una reunión de emergencia. La inseguridad y lo ocurrido a Fernández de Cevallos, dijo, obligan a analizar la grave situación que prevalece en el territorio nacional.

Trascendió...
Milenio Diario, p. 2/Opinión
Sin Autor
* Que en las pesquisas que se han realizado por la desaparición de Diego Fernández de Cávalos, la línea con mayor fuerza ayer era la de un secuestro. La hipótesis más deseable y plausible descartaba la participación del crimen organizado.
* Que, por lo mismo, con la esperanza de encontrar vivo a Fernández de Cevallos, las autoridades federales y locales han evitado emitir cualquier información en torno a esta investigación. La idea es que la tormenta mediática que se ha desatado se disipe para que quienes tengan al Jefe se comuniquen.
* Que a pesar de que el presidente Calderón no había querido darle una dimensión internacional a la desaparición de Diego, su homólogo español, José Luis Rodríguez Zapatero, se refirió de inmediato al asunto. Inevitable.

Itinerario Político / ¿Qué podemos esperar los de a pie?
El Universal, p. 2/Primera
Ricardo Alemán
La noche del domingo se cumplieron las primeras 48 horas de la desaparición de Diego Fernández de Cevallos. Rebasado ese tiempo, según los expertos forenses, cada minuto aleja la posibilidad de encontrar a un extraviado, secuestrado o asesinado.
En el tercer día, los investigadores no saben nada sobre la naturaleza de la desaparición.
Sin embargo -y a reserva de confirmar con el tiempo las causas de la desaparición-, nada se ha dicho sobre las razones por las que habría los habrían seleccionado como víctima. ¿Por qué Diego?
Cualquiera que sea la causa, el mensaje y la sensación que queda son aplastantes: la exhibición de las debilidades del Estado y, por si hiciera falta, la ingobernabilidad imperante. Ante eso, ¿qué podemos esperar los de a pie? Nada hicieron en los casos Martí, Vargas y Coppel; nada contra los sicarios que acribillaron a la secretaria de Seguridad de Michoacán, y nada contra los criminales del candidato panista en Tamaulipas. Nada harán por Diego. Y menos por los de a pie.

Estrictamente Personal / El secuestro de El Jefe Diego
El Financiero, p. 38/Política
Raymundo Riva Palacio
La desaparición de Diego Fernández de Cevallos el viernes por la noche no fue suficiente razón para que el presidente Felipe Calderón suspendiera su viaje a Madrid. Tampoco para convocar una reunión del gabinete de seguridad. Más aún, dentro del equipo de trabajo en Los Pinos, no hubo ninguna sensación de zozobra. Estas acciones, leídas políticamente, muestran que la desaparición no representa un riesgo para la seguridad nacional, por lo que se podría descartar -si el presidente sigue a la letra el manual de toma de decisiones- un acto terrorista, una acción guerrillera o una represalia de la delincuencia organizada. ¿Pero el que no haya un riesgo para el Estado justifica la poca atención que le están prestando al caso?

El Asalto a la Razón / Diego: inteligencia y fuerza de carácter
Milenio Diario, p. PP-3/Opinión
Carlos Marín
En lo que se produce la deseable llamada en que sus probables raptores digan sus pretensiones para liberar al Diego vivito y coleando de siempre, vale resaltar que tal vez únicamente el asesinato de Luis Donaldo Colosio rebase la importancia de la “desaparición” de Fernández de Cevallos en la historia moderna de México.
Hace dos meses cumplió 68 años, de modo que hace 42, en el hirviente 1968, tenía 26 y era el líder juvenil del PAN cuando estuvo entre quizá unos 20 mil manifestantes que acudieron al mitin frente a la Rectoría de Ciudad Universitaria, tras lo cual anticipaba ya que el recién nacido Movimiento Estudiantil “… ha roto uno de los tabúes de México: el presidencialismo”. (…) Inteligencia y fuerza de carácter son quizá los principales atributos del Jefe Diego, por desgracia escasos en una clase política mayoritariamente mediocre.

Razones / El secuestro de Diego
Excélsior, p. 12/Primera
Jorge Fernández Menéndez
Dicen los expertos que cuando un secuestro tiene una matriz netamente económica, no se secuestra al que debe pagar. Cuando el secuestrado es un personaje público, las cosas se complican, porque en los hechos la publicidad del asunto obstaculiza la negociación. Puede haber muchas razones para el secuestro de Diego Fernández de Cevallos, pero tratarlo sólo como una acción criminal que busca un fin exclusivamente económico es difícil de creer.
No se sabe, al momento de escribir estas líneas, por qué fue secuestrado Diego, pero hay que buscar en la historia para encontrar paralelos. (…) No sé si fue un grupo armado o no el que secuestró a Diego, pero recordemos que la más reciente aparición seria de estas organizaciones se dio exactamente en esa misma zona, entre Querétaro y Guanajuato, con las explosiones en los ductos de Pemex.
Puede haber otros intereses, relacionados con temas económicos o de tierras, como se ha especulado. Es verdad pero, salvo que se busque una venganza personal, no tiene sentido secuestrar para obtener un beneficio al único que puede negociar en torno al mismo. Salvo que el verdadero interés sea más político que económico o haya una mano que mece la cuna que busque ese objetivo, manipulando a otros actores.

Indicador Político
El Financiero, p. 42/Política
Carlos Ramírez
Independientemente de las razones de fondo detrás de la desaparición del líder panista Diego Fernández de Cevallos, el asunto debe insertarse en los expedientes abiertos de una alternancia-transición sin nuevos pactos políticos. El contexto del caso Diego tiene aristas que debieran atenderse. Un clima de sucesión presidencial adelantado y sin acuerdos de estabilidad. La alternancia de 2000 tuvo su más nítido antecedente en la descomposición nacional de mayo de 1993 a diciembre de 1994.
Por otra parte, una guerra en las élites políticas pero dentro de un sistema político que carece de instancias de mediación, negociación o redistribución del poder. En este escenario caben lo mismo las disputas por el poder, que el regreso del PRI y la ofensiva política contra los capos del narco que antes tenían acuerdos con el PRI.
Existe, además, una guerra entre las mafias políticas, sociales, criminales, económicas y mediáticas del poder, como parte de la debilidad de gobierno del presidente Calderón y del ejercicio del poder sin involucrar la variable de los acuerdos existentes del viejo y vigente régimen priista (…)

A Puerta Cerrada / El Jefe Diego carea a PGR-Segob vs. SSPF
Milenio Diario, p. 14/Opinión
Marcela Gómez Zalce
El secuestro del ex candidato presidencial Diego Fernández de Cevallos, ocurrido el viernes fuera de su rancho en el estado de Querétaro, gobernado por el PRI, mostró una vez más, my friend, el distintivo sello del (des)gobierno en materia del manejo de esta crisis y de un control de daños que fue, prácticamente, un absoluto fracaso. El secuestro del Jefe Diego contiene múltiples aristas.
Primero, es un golpe a la línea de flotación del gabinete de seguridad pegando en el corazón de la PGR con Arturo Chávez Chávez y en Gobernación con Gómez Mont, lo que sugeriría una perversa dosis de oficio para enviar mensajes de alto impacto que han generado una cascada de reacciones no sólo en las redes sociales, que vivieron ayer una simpática jornada de histeria colectiva, sino en los medios electrónicos…

La Historia en Breve / Sin Diego y sin Mérida
Milenio Diario, p. 3/Opinión
Ciro Gómez Leyva
Comenté el viernes aquí sobre las pesadillas que se avecinaban para el presidente del PAN, César Nava. No imaginaba que el drama se extendería a la desaparición de Diego Fernández de Cevallos. La derrota del PAN en Mérida sería inexcusable. Veinte años de gobernarla serían razón para afirmar que había llegado la hora de la alternancia. Pero sería una derrota a fin de cuentas. (…) Diego no sentía aprecio por los escuderos de Felipe Calderón.
Ni ellos por él. Más allá de eso, su desaparición significaría para el partido la orfandad casi absoluta en una tremenda temporada de vacas flacas. Luis H. Álvarez es un gran capítulo de la historia azul, no más. Maquío Clouthier y Carlos Castillo Peraza están muertos. Y Diego, sabe Dios dónde esté.

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