Ciro Gómez Leyva en su columna "La Historia en breve", de El Universal, cuenta que en su viaje de diciembre del año pasado al DF, la opositora venezolana Lilian Tintori buscó una cita con el presidente Peña Nieto. No tenía el viento a favor. Su esposo Leopoldo López cumplía 10 meses en prisión, las protestas contra el régimen de Nicolás Maduro se apagaban y los gobiernos de América Latina solapaban con indiferencia una cadena de atrocidades en Venezuela.
El meollo del asunto
Qué oportunidad dejó ir, Presidente. Prefirió caminar con los Castros, Evos, Kirchner, que con esta mujer que acaso querría decirle que las torpezas y rudezas de Maduro estaban consiguiendo el imposible de unir a antichavistas con chavistas. Que quería transmitirle la certeza de que ceder al miedo o al fatalismo no apaciguaría a Maduro y sus gorilas.
El meollo del asunto
Qué oportunidad dejó ir, Presidente. Prefirió caminar con los Castros, Evos, Kirchner, que con esta mujer que acaso querría decirle que las torpezas y rudezas de Maduro estaban consiguiendo el imposible de unir a antichavistas con chavistas. Que quería transmitirle la certeza de que ceder al miedo o al fatalismo no apaciguaría a Maduro y sus gorilas.
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