martes, enero 11, 2005

Bejarano disfruta de jaula de oro

René Bejarano, el exdiputado del PRD y operador político de Andrés Manuel López Obrador, disfruta de un trato privilegiado en la cárcel.
La Crónica revela el trato excepcional que recibe en prisión:

René Bejarano y Carlos Ahumada no sólo fueron colocados en puntos geográficos opuestos (uno está en el Reclusorio Sur y el otro en el Norte), también sus condiciones de vida son desiguales: el primero dispone de tres celdas, goza de agua caliente, seguridad, TV por cable y teléfono. El segundo está en un cuarto de tres por tres metros, vigilado las 24 horas por guardias especiales.
Apenas llegó Ahumada a la prisión, el propio encargado de las cárceles en el DF, Martí Batres, detalló que está aislado en una zona de seguridad y es vigilado día y noche por cámaras de video, así como por dos elementos del grupo Tiburón.
—A la zona donde está Ahumada no llega agua casi nunca. No creo que se llegue a bañar dos veces seguidas. Además, a nadie le gusta hacer guardias allí porque huele a caño —cuenta a Crónica un custodio del Reclusorio Norte.
Sin embargo, el piso de la celda de “El Tío Bejarano” como lo conocen los reos, tiene alfombra verde. Y hasta menaje: muebles de madera y una cama matrimonial. Además, cuenta con cinco aparatos electrónicos.
—Tiene dinero y tiene amigos. Ya sabes que aquí se puede tener todo con una lana o palancas— dice un carcelero que trabaja en el Reclusorio Sur.
Y revela que, unos días antes del 27 de noviembre (día del desafuero del ex secretario particular de Andrés Manuel López Obrador) un celador les ordenó a los presos que trabajan en mantenimiento arreglar la estancia para el “nuevo vecino”.
—Desde temprano empezaba la chamba y terminaba hasta como a las ocho de la noche. Cinco trabajadores le metieron electricidad, pintura y le pusieron una alfombra verde —relata uno de los reos que acondicionó la celda.
Se trata de las estancias ocho, nueve y diez, ubicadas en la zona tres, dormitorio nueve, de esta cárcel. Ahí vive “El Tío Bejarano”.
Esas celdas, aseguran los reos, tienen conexión entre sí y pertenecieron al narcotraficante Gilberto Garza García, alias El güero Gil.
Es día de visita y, entre el griterío de centenares de familiares, uno de los presos entrevistados habla en voz baja y voltea de vez en vez para evitar que alguien lo escuche pues “me pueden poner una joda si saben que cuento cuál es la neta aquí adentro”.
—También les pusieron unos tablones en todas las rejas. Es para que no se pueda ver hacia adentro —platica mientras otro preso vende unos ceniceros que hizo doblando una tarjeta telefónica.
Una de las celdas de Bejarano la usa de dormitorio, la otra es su baño (donde tiene una regadera eléctrica) y la última es su estancia o comedor.
El sentir de centenares de reos de este lugar, se reduce a las palabras de Alonso “N”:
—Tiene equipados más chidos sus tres cuartos que toda mi casa.
Alonso arregló la celda y recuerda que colocó una pantalla de plasma de 21 pulgadas, “con todo y cablevisión”, un equipo DVD, otro de sonido, un horno de microondas y un pequeño refrigerador. Teléfono no fue necesario porque desde que llegó tenía un celular.
Visitas. A diferencia del resto de los reclusos, Bejarano recibe cualquier día y en el horario que deseé a su esposa Dolores Padierna. Y a su arribo ella no hace fila ni pasa por los cinco filtros de seguridad.
—Sólo podemos venir en día de visita, pero ella entra diario. Además estamos aquí en revisión hasta dos horas y la señora llega y se mete. A nosotras nos manosean según que para revisarnos y ella como si nada —expresa una señora que hace fila en la aduana donde una mujer mal encarada entrega los permisos para ingresar.
Bejarano no recibe a sus visitas en los patios asignados. No tiene que sentarse en el piso sobre cobijas o en sillas que ahí se rentan.
Crónica pudo comprobarlo. El pasado jueves, la diputada Dolores Padierna y su hija menor visitaron al ex diputado cerca de las dos de la tarde. Poco después, llegó el líder del PRD en el DF, Agustín Guerrero, pero a ninguno de ellos se le vio en el patio junto a todos los reos.
—Ponen a los compañeros a que la acompañen hasta su estancia —platica un celador que está en la aduana del lugar. Y explica que a dicha celda no puede acceder el resto de la población. Tres custodios impiden que cualquiera se acerque.
Los horarios son otro de los privilegios de Bejarano. Un hombre que paga 10 pesos a los custodios para poder faltar al pase de lista cuenta que “si nosotros no estamos a la hora para pasar lista o a la hora de comida nos castigan. Pero el señor hace lo que quiere”.
De hecho, ni siquiera come los alimentos elaborados en las cocinas del reclusorio. Un carcelero asegura que “su gente” le lleva todos los platillos que le apetecen, los cuales degusta a la hora que quiere.
El Empresario. Y mientras Bejarano tiene todos esos beneficios. Carlos Ahumada vive en un cuarto similar a aquél en el que el ex diputado se embolsó miles de dólares que él le entregó. Mide tres por tres metros y es grabado las 24 horas del día por un sistema de circuito cerrado.
En su celda sólo tiene una parrilla eléctrica, un pequeño radio, algunos libros, y, a decir del subsecretario de gobierno, Martí Batres, los artículos de limpieza que le dieron al ingresar al centro de reclusión.
—Tiene una mesa de metal y ahí tiene sus cosas. También varios libros acomodados en una litera que no usa —comenta un celador del Reclusorio Norte, quien relata que su baño mide menos de dos metros cuadrados.
Y el lugar, ubicado en el dormitorio cinco, está inundado por un olor a drenaje y putrefacción. Y es que hasta esa zona de la cárcel no llega el agua a diario.
La esposa de Ahumada, Cecilia Gurza, debe formarse cada vez que desea entrar a ver al empresario. Así lo hizo alguna vez junto con la ex perredista Rosario Robles.
A pesar de que Ahumada está en un área de alta seguridad, sus abogados aseguran que en diversas ocasiones ha sido insultado y amenazado por otros presos.

No hay ninguna diferencia, dice Encinas
El secretario de Gobierno, Alejandro Encinas, negó ayer que René Bejarano, ex secretario particular de Andrés Manuel López Obrador, goce de trato VIP en el Reclusorio Sur, donde se encuentra preso.
“Vamos a aplicar estrictamente el reglamento, nadie puede tener ningún privilegio, ninguna prerrogativa adicional, más que las otorgadas por el propio reglamento del sistema penitenciario”, dijo en conferencia de prensa.
Incluso aseguró que las condiciones en las que el perredista vive dentro del penal no son distintas de las que tiene en el Reclusorio Norte el empresario Carlos Ahumada, quien le dio el dinero que Bejarano retacó en su maletín.
El funcioanrio consideró que “no hay que dejarse llevar por las especulaciones y las suspicacias, hay que ser muy objetivos y tomar las medidas necesarias”.
—¿Qué diferencia hay, en cuanto a espacios físicos, que estén en un área o en otra?
—Ninguna...
—¿Las celdas son del mismo tamaño?
—Son exactamente, no hay otro tipo de celdas, todas son de un solo tipo en los penales. (Raymundo Sánchez)

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