martes, enero 11, 2005

Nace periódico; censuran noticiero

Lo reporta Pepe Grillo en La Crónica:

Empezó a circular ayer un nuevo periódico, es Impacto, El Diario.
La presencia de Rafael Reséndiz, Juan Bustillos, Rafael Cardona, y otros experimentados periodistas, al frente de la nueva publicación es garantía de que tendrá éxito.
El Diario se suma al esfuerzo de quienes creemos que la información es fundamental, para la participación de la sociedad en el desarrollo de las naciones que aspiran a ser libres.
¡Bienvenido El Diario!


Pero mientras por un lado nace un periódico, por el otro se cancela el programa de radio de Ricardo Alemán, según reporta el periódico La crisis, en atrículo firmado por "Del director":

O el secretario de Gobernación tiene un monstruo priísta escondido en sus oficinas o sus colaboradores quieren ser más papistas que el Papa. El programa de radio La otra opinión, conducido por el columnista Ricardo Alemán en la estación oficial XEB, fue cerrado en un acto claro de censura por las críticas vertidas ahí sobre el caso del sobregiro de gastos en la campaña capitalina de Santiago Creel en el 2000.

Durante tres años, Alemán había convertido su programa de radio en un espacio de crítica abierta. Sus dardos lanzados consuetudinariamente sobre López Obrador lograron irritar a sus seguidores. Pero sus análisis sobre Fox y Marta Sahagún también fueron memorables. En ninguno de los casos hubo presiones o amenazas.

No hay peor colaborador que el que tiene iniciativa sumisa. La cancelación del programa de Alemán en una estación del Imer regresa el país a los oscuros años del priísmo en los que el poder daba manotazos para evitar el debate democrático y se buscaba sólo que los medios públicos estuvieran no al servicio de la sociedad sino del grupo gobernante en turno.

En su columna Itinerario Político, Ricardo Alemán ofrece un juego de espejos: señala que el gobierno de Fox promueve en radio mensajes propagandísticos sobre la libertad de expresión, pero desde las oficinas de Santiago Creel en Gobernación se cierran espacios plurales. La incongruencia forma parte del mundo idílico que le han vendido a Fox sus colaboradores.

Los medios públicos han regresado a su infame tarea de ponerse al servicio de la burocracia en el poder. Aunque de nada sirve. La sociedad aumenta su enfoque crítico contra el gobierno sin importar el cierre de los espacios democráticos. Y al final, el gobierno foxista queda como un remedo de los tiempos priístas.

A pesar de querer vender una imagen de político nuevo, Creel cada día se parece más a Manuel Bartlett, aquel secretario de Gobernación de Miguel de la Madrid que cerró medios, persiguió a periodistas críticos y cometió fraudes electorales escondidos por los medios oficiales. Creel estaba obligado a abrir los medios públicos a la sociedad, pero ya definió los límites: que no lo critiquen a él.

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