jueves, febrero 17, 2005

Daniella no lloró


Aunque se le quiere comparar con un cuento de hadas, el fiestón de no boda de los archifamosos Ronaldo y Daniella fue la comidilla en los medios brasileños.
El chisme se cebó sobre la fiesta de célebre pareja, en la que al final, el futbolista acabó llorando, pero la Cicarelli, ¡no!
¡Ah! y tampoco le dirigió la palabra a su suegra, según la AFP:

La prensa brasileña destacó que nada faltó en la fiesta-boda en París del futbolista Ronaldo y la modelo Daniella Cicarelli: un pastel de dos metros de altura, la expulsión de una bella rival de la novia, desplantes varios y hasta un sacerdote católico bendiciendo la unión de dos divorciados.

Lo más destacado por los diarios de Brasil sobre la fiesta del popular ídolo deportivo, que actualmente milita en el Real Madrid, fue la expulsión por parte de la propia Daniella de la modelo Caroline Bittencourt, que "se coló" del brazo del empresario Álvaro Garnero, que sí estaba invitado.

"¿Qué tienes contra mí?", habría preguntado a Daniella la bella Caroline, de 22 años, 1.77 metros de altura y también brasileña, mientras que la novia se aseguraba de que cinco guardaespaldas la echaran del Castillo de Chantilly, donde se celebró la reunión.

La "media naranja" de Ronaldo no respondió, pero la prensa especuló con que el rencor entre ambas, competidoras en las pasarelas paulistas y cariocas, se remonta a cuando Caroline le "robó" a Daniella un antiguo novio, el empresario Joao Paulo Diniz.

Más tarde, habría justificado: "No invité a un montón de amigos queridos. ¿Cómo iba a dejar a quien habló mal de mí?". La fiesta fue solamente para 250 privilegiados.

Pero este no fue el único escándalo de la Cicarelli, que evidenció su disgusto por la presencia de su suegra, Sonia Nazario, mamá del 'Fenómeno', a quien ni saludó ni sonrió en toda la noche.

Además, la modelo le arrebató el celular a un invitado que intentó sacar una foto, y tampoco invitó a su propia madre a la fiesta.

La bendición otorgada por el padre Antonio María a una unión informal (ambos están en proceso de divorcio, no se casaron por lo civil y tampoco podían hacerlo por la Iglesia) fue un tema de polémica en la televisión brasileña.

"¿Las cosas cambiaron o es porque tienen mucho dinero que esa 'boda' fue bendecida?", preguntó Olga Bongiovani, conductora del programa Buen Día, Mujer, que se transmite en una red de televisión local.

Un participante de la fiesta comentó que "para ese cura, Antonio María, hay dos Dioses, uno en el Cielo y Ronaldo en la tierra. El hombre no sabía cómo elogiar más al novio".

Pero hubo varios ausentes del "cuento de hadas": el ministro de Cultura brasileño, el músico Gilberto Gil, que permaneció en Madrid a la espera de una invitación que nunca llegó.

Tampoco fueron invitados Luiz Felipe Scolari, entrenador de la selección de futbol pentacampeona del mundo en Corea del Sur Japón 2002, el médico José Luiz Runco y el fisioterapeuta Luiz Rosan de ese equipo, que, según O Globo, "fueron fundamentales en la recuperación de Ronaldo cuando el crack se lesionó la rodilla".

No asistieron, aunque fueron invitados, los compañeros de Ronaldo en el Real Madrid Raúl, el británico David Beckham y el francés Zinedine Zidane (que jugarían un partido internacional por las víctimas del tsunami), ni el asesor de prensa del 'Fenómeno', Rodrigo Paiva.

"No trabajo con la Cicarelli. Trabajo con Ronaldo. Él y yo tenemos posiciones diferentes sobre algunos asuntos, pero hablamos por teléfono antes del casamiento y la amistad continúa", explicó después Paiva a la prensa.

Ningún inconveniente impidió la diversión hasta bien entrada la mañana (el futbolista portugués Luis Figo se destacaba bailando encima de una mesa con una corbata como vincha) al ritmo del cantante mexicano Fher, de Maná, y de la música del DJ inglés Fatboy Slim. U2 fue el primer artista considerado para el evento, se dice.

Kaká y Cafú (ambos del AC Milan, de Italia) y Roberto Carlos (Real Madrid) fueron los únicos presentes entre muchos jugadores brasileños invitados, pero nadie notó las ausencias mientras devoraban un pastel de chocolate de varios pisos y más de dos metros de altura.

Los novios disfrutaron como todos, partieron a las seis de la mañana, pero llegaron a su hotel de París con 'cara larga', según los medios, y hasta de cansancio, de acuerdo con los allegados.

Posteriormente, el retraso del avión contratado por Ronaldo provocó que el futbolista llegara tarde a la práctica del Real en Madrid.

Fue un 'cuento de hadas', pero con un final diferente para cada uno. Según Folha de Sao Paulo, "Ronaldo lloró, Daniella no".

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