miércoles, febrero 16, 2005

¿No que no?


La letra chiquita dice:
Siempre sí quiero confetti
En el cartón de Calderón de este miércoles en Reforma

Ahí precisamente en Reforma, la columna Tenplo Mayor de F. Bartolomé se explaya en el caso del rayito de esperanza, que ya le está metiendo mano a los recursos del Gobierno del DF para su campaña personal.
AHORA SÍ que el Rayito está en la mera rayita.

AL ECHAR a andar toda la maquinaria del gobierno capitalino contra el desafuero, Andrés Manuel López Obrador se coloca del otro lado del umbral que divide la legítima defensa política del desvío de recursos públicos con fines personales.

Y ES QUE una cosa es defender un gobierno y otra muy distinta utilizar a ese mismo gobierno para promover su candidatura a la Presidencia.

EL JEFE de Gobierno se cubre con el argumento de que la suya no es una defensa personal, sino la de un gobernante democráticamente electo.

Y HASTA AHÍ suena muy bien. Pero el problema no es qué clase de defensa es, sino quién está pagando esa defensa y toda la campaña alrededor de ella.

LO QUE SI puede hacer el jefe de Gobierno para que no se malinterpreten sus acciones, es transparentar hasta el último detalle cómo se están usando los recursos públicos en esta campaña.

PORQUE si López Obrador está emprendiendo una cruzada por la legalidad o si está usando fondos públicos para su ambición personal, es algo que no le toca definir a él sino a los habitantes del Distrito Federal.

O EN su defecto... a las autoridades.


Perujo ve así el asunto en su cartón (a la derecha)de El Economista

Y es que de hecho, todo el perredismo está lanzado a marchas forzadas en defensa de López Obrador, según reporta El Universal, eso sí, Bajo Reserva:
A marchas forzadas el PRD organiza lo que ahí llaman la defensa popular de Andrés Manuel López Obrador contra el juicio de desafuero que se le sigue al jefe de Gobierno del Distrito Federal.

Mañana jueves se reunirán todos los líderes estatales perredistas con el CEN de su partido en la ciudad de México para afinar los detalles de su estrategia. Por lo pronto, le contamos que la manifestación popular convocada se hará el día en que el jefe de Gobierno comparezca en la Cámara de Diputados y no será frente al Palacio Legislativo, sino en el zócalo capitalino, donde se esperará a López Obrador para que dirija un discurso a los manifestantes.

También se preparan spots para radio y televisión en los que se invitará a la concentración de protesta y la impresión de un millón de volantes para su reparto en el Distrito Federal y estados circunvecinos.


Estas acciones, por cierto, constituyen la campaña de su vida, para López Obrador, según opinión de Pepe Grillo, en su columna de La Crónica:
Como cuando marchaba y bloqueaba carreteras en Tabasco, López Obrador se lanzó ayer a la campaña de su vida.
Nomás que ahora dirige desde la comodidad de su despacho.
Y a la calle mandó a los jefes de todos los niveles del GDF, a protestar contra su desafuero.
El objetivo: amedrentar a diputados, jueces y al gobierno para que olviden su desacato a la Corte.
El gasto lo harán los funcionarios que fueron invitados a aportar parte de su sueldo para marchas, pancartas, volantes y acarreo.
Una campaña que viola otras leyes, pero eso ya es costumbre.

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