Los panistas se pasearon por el lugar y saludaron a algunos comensales.
Ella no perdió la sonrisa, asegura la columna.
Lo curioso es que este mismo día en diferentes medios, tanto Mouriño que Josefina son blanco de acervas críticas.
La mira está puesta en golpear a las dos principales cabezas en el equipo de transición de Felipe Calderón.
Así, Salvádor García Soto, aprovecha prácticamente toda su columna Serpientes y Escaleras, para plantear dudas sobre la capacidad de Juan Camilo Mouriño, en El Universal Gráfico:
Cabeza de un grupo de jóvenes políticos que rodean al Presidente electo, Juan Camilo Mouriño Terrazo ha iniciado una ofensiva política y mediática en la que se autopromueve como el "hombre fuerte" de Felipe Calderón Hinojosa , y busca vender hacia afuera la enorme cercanía amistosa y política que tiene con el futuro mandatario.
Este joven de 35 años, nacido en Madrid, España, en 1971, y mexicano nacionalizado desde los 18 años, empieza a ser visto como uno de los políticos que más poder tendrían en el gabinete calderonista, algunos incluso creen que su amistad personal con Calderón lo hará uno de los más cercanos e influyentes en el próximo oído presidencial.
Pero sin dudar de la cercanía que tiene con Calderón, la pregunta es si Mouriño tiene la capacidad y la experiencia política para convertirse en influyente asesor presidencial y, en todo caso, quién es este joven que, con escasos nueve años de carrera política en el PAN, llegará a Los Pinos y será parte del primer círculo del Presidente de la República.
Aporta luego García Soto algunos datos sobre vida y andanzas del muchacho:
Juan Camilo nunca conoció las penurias económicas, ni en su niñez en España, ni en su juventud en México, donde los negocios de su padre, Carlos Mouriño Atanes , crecieron con sorprendente rapidez a partir del año 2000, cuando los dos Mouriño , padre e hijo, participaron como activistas y como financieros en los Amigos de Fox, apoyando la campaña del actual Presidente.
La holgura que siempre tuvo la familia Mouriño en Vigo, España, se transformó en abundancia y en una de las fortunas más caudalosas del sureste mexicano, particularmente de Campeche, donde su padre, Carlos Mouriño, tiene una red de más de 35 gasolineras y millonarios contratos con Pemex para la transportación de hidrocarburos a través del Grupo Energético del Sureste; fue tanta la bonanza del padre de Juan Camilo en tierras mexicanas -a donde emigró en 1978-, que hace unos meses, en mayo, se conoció en España la noticia: Carlos Mouriño Atanes compró el club de futbol Celta de Vigo, en la millonaria liga española de futbol.
De la misma forma meteórica en que crecían los negocios de su padre este sexenio, Juan Camilo ascendía en la política siempre de la mano de Felipe Calderón.
Si en los inicios de su carrera política en Campeche aparecen como sus impulsores el ex gobernador priísta José Antonio González Curi y el actual gobernante campechano Jorge Carlos Hurtado, también del PRI, a partir del 2000 es Calderón el padrino de su rápido ascenso.
Y concluye el columnista preguntando si este personaje es el hombre fuerte o el hombre frívolo de Calderón:
Lo más cercano a la realidad y a las penurias de millones de mexicanos que conoce Juan Camilo Mouriño es el cautiverio que vivió durante una semana en la década de los 90 cuando fue secuestrado y sus captores lo tuvieron atado de pies y manos antes de liberarlo, tras el pago de un millonario rescate por parte de su padre.
Fuera de esa terrible experiencia, todo ha sido éxito y abundancia para el joven Mouriño.
De junior rico a millonario, de joven político a poderoso hombre del Presidente electo. Hoy casi todos lo ven como un futuro coordinador del gabinete o como virtual secretario de Estado.
Pero la pregunta sigue en el aire: por encima de la cercanía, del afecto y la amistad, ¿habrá capacidad? Porque de frivolidades e ineptitudes está plagado el sexenio foxista. Y el costo para el país ha sido mucho. ¿Será Juan Camilo el hombre fuerte o el hombre frívolo de Felipe Calderón?
Por lo que toca a Josefina Vázquez Mota, es la columnista de Milenio, Marcela Gómez Zalce, la que se encarga de darle un llegue, A puerta cerrada:
A finales de julio pasado, en un bello día lleno de sol, se le ocurrió a la hiperactiva Josefina Eugenia la brillante idea de encargarle a su ex secretario particular y posterior coordinador de delegaciones de Sedesol, Eduardo Bravo, que convocara a delegados y ex delegados de la polémica dependencia (léase como los "afines a la causa") a reunirse en la capital (para ser exactos, mi estimado, en el Flamingo´s Radisson Inn en Av. Revolución). ¿Yyyy?
Todo con el objeto de dar forma a una "red" que, of course!, comenzaría a operar a favor de los intereses de la ambiciosa ex y ¿futura? funcionaria... y en una de ésas para alguien mucho más poderoso (se entiende, no es Felipe, ok?)
Aunque Josefina no acudió, querido lector, el reventón se llevó a cabo bajo la coordinación de Bravo y con la divertida presencia del director general de Diconsa, Ramón Samanillo, y Enrique Lepine, director general de Corett y enlace, whatever, de Vázquez Mota cuando se desempeñaba como titular de Desarrollo Social.
Al término de la sospechosista encerrona a la que acudieron poco menos de dos docenas de los actuales y ex delegados, se convino dar forma a la amena red propuesta, que lo mismo deberá servir para diseñar e impulsar proyectos de "largo aliento" (meaning you nosy princess?), que para presionar en la búsqueda de objetivos de corto plazo y, algo muy importante, mi estimado: que por razones de seguridad se concluyó identificar este travieso proyecto bajo el código súper-mega-ultra secreto de "Falange"... el cual continúa operando, obviamente... a espaldas del buen Felipito, que no entiende, que no entiende...
A
Pero donde los gabinetólogos no quitan el dedo del renglón es en la puja Carstens-Téllez por la Secretaría de Hacienda.
Pepe Grillo involucra en La Crónica al gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz en la pugna:
Dos nombres, Agustín Cartens y Luis Téllez, se barajan insistentemente para la Secretaría de Hacienda, en el gabinete de Felipe Calderón.
Son dos hombres de probada capacidad, dos buenas cartas para la hacienda pública del país en el siguiente sexenio.
Lo que no se vale, dicen en el medio financiero, es que el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, esté cabildeando de manera activa por uno de los dos, Luis Téllez.
Sí, el BM es autónomo, pero no para ese tipo de actividades.
Afortunadamente Felipe Calderón dijo que se va a tomar su tiempo, que será hasta noviembre cuando escoja a su equipo.
A propósito de Hacienda, ahora resulta que a Francisco Gil Díaz le ofrecieron la SCT. Lo cuenta Mauricio Flores en su Gente detrás del dinero, de Milenio.
Felipe Calderón le ofreció la SCT a Francisco Gil, a lo que el eficaz secretario de Hacienda declinó, pero sugirió a Luis Mancera para el cargo.
Con tanto nombre en comentarios y columnas, la integración del gabinete se ha convertido en un rompecabezas un tanto difícil de armar.
Leo Zuckerman, expone en su columna de Excelsior algunos criterios, para guía de gabinetólogos y del propio Presidente Electo:
El primer criterio es el de la lealtad. El Presidente tiene que darle cabida a la gente que lo acompañó desde el principio de su campaña, máxime cuando fue un candidato a quien no se le veía ninguna posibilidad de ganar, como en el caso de Calderón. Aquí impera la lógica del grupo compacto y heroico que hizo la gran hazaña. A ellos, a la tribu cercana, hay que recompensarles con buenos puestos.
El segundo criterio es el de la confianza. Aquí se encuentran aquellos personajes que tienen una vieja relación con el gobernante y han demostrado que pueden ser muy útiles para proteger áreas críticas. Generalmente a ellos se les asignan puestos donde le vigilan las espaldas al mandatario.
El tercer criterio es el del pago de facturas de campaña. Conforme el candidato va subiendo en las encuestas, comienzan a aparecer ofertas de apoyo, de traer votos o dinero a la causa, a cambio de una alianza política en el gobierno futuro. En el caso de Calderón fue muy evidente el apoyo del sindicato de maestros, liderado por Elba Esther Gordillo, y el de las cámaras empresariales. Ambos grupos ya han expresado públicamente que esperan la inclusión de su gente en el gabinete. Y Calderón tiene que cumplir con su palabra empeñada para seguir teniendo credibilidad a la hora de hacer nuevos acuerdos políticos con otros grupos.
Es su deber porque, precisamente, el cuarto criterio para conformar su gabinete es el de establecer más alianzas políticas que le permitan gobernar: ofrecer puestos a cambio de votos en el Congreso. Calderón ha dicho que lo tratará. Por lo tanto, si convence a los partidos opositores, sobre todo al PRI, es probable que les asigne algunas de las carteras.
Al final está el criterio de la experiencia técnica. Algunos puestos lo exigen. Sin embargo, estos cargos incluso se les pueden asignar a políticos que carezcan de las pericias necesarias, pero cumplan con alguno de los criterios anteriores, siempre y cuando se designe a subsecretarios de perfil técnico que apuntalen el trabajo.
La designación del gabinete es tan política que los presidentes se aguantan hasta el último minuto para dar a conocer su decisión.
Esto se debe a que hay muchos políticos que tienen su veladora prendida y, cuando se enteran de que no los incluyeron, se enojan. Pero es muy distinto tener gente enojada cuando el Presidente tiene ya ceñida la banda presidencial al pecho que cuando todavía ostenta el adjetivo de "electo".
Así es que ya saben por donde va la jugada.
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