Este sería el panorama que presentan este día los gabinetólogos.
Por lo pronto, el columnista Darío Celis se une el coro de jilgueros quer cantan a Luis Téllez, y le dedica casi toda su columna Tiempo de Negocios en Reforma:
Se recrudece la pelea por la silla en Hacienda; Téllez baja a Carstens y empujan Levy y Ruiz.
¿Quién es el bueno para ocupar la Secretaría de Hacienda en el nuevo gobierno calderonista?
La lista de candidatos se nutre cada día, para mala fortuna de aquellos que daban por hecho que el único con posibilidades era Agustín Carstens, el número dos del Fondo Monetario Internacional.
No hace mucho le contábamos que Carstens estuvo aquí hace un par de semanas sondeando a empresarios. En el equipo de Gil Díaz no se cansan de promoverlo ante quien quiera oirlos.
Vamos, hasta su pequeño gabinete ya se deslizó por ahí: José Antonio Mead y Andrés Conesa en las subsecretarías, Oscar Levin en el SAT, Ambrosio Michel en la Procuraduría Fiscal, Luis Miguel Alvarez en la oficialía mayor, etcétera.
Ayer le referíamos que hasta de Fernando Elizondo se habla ya para la misma secretaría. No era broma: el ex secretario de Energía, ex gobernador interino de Nuevo León y senador por ese estado sí figura como una posibilidad.
Tiene dos obstáculos: su deseo de ser gobernador, lo que implicaría dejar la posición a mitad del sexenio, y la cercanía con Martha Sahagún. No olvide que su esposa es la directora de la fundación Vamos México.
El suspirante que se ha fortalecido más allá de los intereses de grupos regiomontanos y panistas es Luis Téllez, también ex secretario de Energía con Ernesto Zedillo y ex subsecretario de Agricultura con Carlos Salinas.
El actual director del influyente fondo Carlyle está muy cerca del equipo de transición de Felipe Calderón, gracias a los buenos oficios de otro ex priísta: Javier Lozano. Tanto, que ya participa en la elaboración del nuevo Presupuesto.
En la mesa del debate se pone de relieve el perfil que debiera tener el próximo secretario de Hacienda: un personaje al pendiente de lo que digan los organismos financieros internacionales, o uno volcado a atender las necesidades del país.
En esa tesitura Carstens queda fuera, pese y a que sus principales porristas le vean atributos de operador político con diputados y senadores por el simple hecho de que se dedicó como subsecretario de Gil Díaz a administrar favores, vía el Presupuesto de Egresos de la Federación.
De hecho y de acuerdo a un reporte de los expertos de un extraño Chamanic Center, que cita Jesús Sánchez, en su columna de El Financiero, en el febril entusiasmo de pertenecer al gabinete de Felipe Calderón, los apuntados son más que los espacios por repartir:
Para la Secretaría de Hacienda se mantienen en primera fila Agustín Cartens y Luis Téllez. La pluralidad abre expectativas a madracistas como Miguel Ángel Penchyna.
Entre los empresarios, pese a las experiencias del equipo foxista, levantan la mano Alberto Núñez Esteva, Cuauhtémoc Martínez y Lorenzo Isasi.
Los codazos están a tal nivel que Josefina Vázquez Mota un día aparece como prospecto a Gobernación, otro como canciller, es más, hasta en Educación Pública. Sin embargo, la maestra Elba Esther Gordillo espera no quedarse fuera.
Otros puestísimos para sacrificarse por la patria y repetir son Carlos Abascal, Daniel Cabeza de Vaca, Marco Antonio Peyrot, Eduardo Medina Mora y Miguel Ángel Yunes.
Al menos tres la tienen segura: Francisco Ramírez Acuña, el primer calderonista del país; Josefina Vázquez Mota y Ana Tere Aranda.
La cuestión es que van a faltar secretarías como para darle nombramiento a todos los que quieren.
Eso sí, según apunta Bajo Reserva, la columna política de El Universal, Ya hay calderonistas que se frotan las manos con un puesto seguro, como Germán Mártínez:
Los panistas parecen soslayar la frase acuñada por el fallecido líder de la Confederación de Trabajadores de México, Fidel Velázquez Sánchez : "El que se mueve no sale en la foto". Algunos militantes se reparten ya algunas posiciones en el gabinete del presidente electo Felipe Calderón y una que otra cartera en la dirección de Acción Nacional.
Algunos muy cercanos al michoacano se frotan las manos. Germán Martínez Cázares, ex representante del PAN ante el IFE, suena para la Secretaría de la Función Pública, que además pretende renombrarla como Contraloría. ¿Le suena el nombre? Florencio Salazar Adame, ex secretario de la Reforma Agraria, aparece apuntadísimo para Seguridad Pública federal. Para los órganos de dirección de ese partido dan por descontada la salida de Juan José Rodríguez Prats de la secretaría de Acción de Gobierno, que será ocupada por el senador Ulises Ramírez, ex alcalde de Tlalnepantla.
Eso sí, en esta sucesión, no ha sido tan notoria la cargada de los Búfalos, en opinión de Germán Dehesa, quien lanza un definitivo veto contra Elba Esther Gordillo, desde su columna en Reforma:
En este año del 2006, por razones ya de todos conocidas, la estampida de búfalos no se pudo realizar ante lo incierto de los resultados. Ahora ya tenemos presidente electo (hasta parece que está vivo), pero los búfalos andan muy desbalagados y lo que ahora tenemos es una bufalada por goteo. Van cayendo de uno en uno con su consabido grito de “¡Hermano: A mis brazos!”.
La otrora solitaria casa de campaña va poblándose poco a poco con los “suspirantes” que llegan a la corte con cara de “un huesito, por el amor de Dios”. No es cosa de juzgarlos. Ésa es su chamba. Haré una excepción: Elba Esther Gordillo. ¿Cómo se atreve ese depósito de toda corrupción, esa ignorantísima mujer, esa irrisión de toda la comunidad mexicana; repito ¿cómo se atreve? a pretender sentarse en la silla que fue de José Vasconcelos?
Si Felipe Calderón accediera a la solicitud de esta gángster, nos estaría enviando una señal inequívoca de su colusión con los peores intereses, con las formas más sucias de hacer política y con aquéllos que, a no dudar, son sus verdaderos y más profundos enemigos. Felipe, no te atrevas ni a pensarlo.
En cambio, en defensa de la maestra sale desde El Financiero el columnista Luis Soto quien asegura en su Agenda confidencial que de un tiempo a esta parte, la maestra Elba Esther Gordillo está siendo utilizada por Andrés Manuel López Obrador como su particular ajonjolí de todos los moles.
Después de que el Instituto Federal Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación lo declararon candidato perdedor de las elecciones presidenciales del 2 de julio, el tabasqueño convirtió a la lideresa magisterial en su villana favorita para acusarla del supuesto fraude en su contra, apunta.
Y abunda:
Otro ataque perredista, el más reciente, comenzó inmediatamente después de que la presidenta del sindicato de maestros concediera una entrevista a medios mexicanos en la ciudad de Montevideo, Uruguay -a donde asistió a un congreso magisterial-, en la que declaró estar dispuesta a colaborar "sin escatimar esfuerzos" hasta en el "gabinetazo" de Calderón, aunque también dijo que "no está apuntada ni se apunta para nada" y advirtió que si Calderón comete errores no va a dudar en "poner el dedo en la llaga".
Luis Soto se pregunta el porqué del encono de AMLO y el PRD contra Elba Esther Gordillo.
Y da la respuesta:
1) Porque López Obrador necesita seguir alimentando con muchas palabras a falta de hechos y pruebas su teoría del complot y del fraude electoral.
2) Porque tiene pavor de que una mujer con el poder político y la capacidad de convocatoria y movilización de la maestra ocupe una posición de primer nivel en el gabinete presidencial de Calderón.
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