Demasiados cocineros echan a perder el caldo de la seguridad, opina el ex canciller Jorge Castañeda.
Así viene la síntesis de medios
¿Para qué sirve Gobernación?
Reforma, p. 14/Primera - Opinión
Jorge G. Castañeda
En el viejo sistema la Segob cumplía tres funciones. 1: Responsabilizarse de la seguridad pública y nacional. 2: Ser la Secretaría política encargada de las relaciones con el PRI, cuando era partido único, con el Congreso, gobernadores, grupos de oposición, medios, y de vez en cuando con intelectuales. 3: La jefatura del gabinete. Calderón adoptó inicialmente un esquema apropiado. Las relaciones políticas y la jefatura del gabinete quedaron en Los Pinos bajo el mando de Mouriño; la seguridad pública quedó en la SSP. El Cisen, hasta donde se sabe, le reportaba a Presidencia. Y el secretario de Gobernación Ramírez Acuña se quedó chiflando en la loma. Este esquema resultó efímero. Hoy las cosas se vuelven más complicadas que nunca. No hay jefatura del gabinete -ni oficina, ni primer ministro, ni estratega oficioso- en Los Pinos. Hay cinco personas abocadas a la seguridad: Valdés del Cisen, García Luna en SSP, Medina Mora en PGR, Tello en Los Pinos y ahora Gómez Mont en Segob. Demasiados cocineros echan a perder el caldo.
Van tres
Reforma, p. 15/Primera - Opinión
Froylan López Narváez
El primer nombramiento, el de Francisco Ramírez Acuña, fue considerado como una recompensa por haberse brincado las trancas y “destapar” a Felipe Calderón como precandidato presidencial panista. Casi les costó pérdida total el descaro, pues el esquizoide de Vicente Fox repudió la insubordinación pues su pieza era Santiago Creel, según opinión amplia. La muerte infausta, triste, del consentido de Calderón, el empresario político Juan Camilo Mouriño, obligó al nombramiento de Fernando Gómez Mont, panista de cepa, de prosapia, como se gustan en el PAN. Con esta tercera designación autocrática, el michoacano cubre el hueco mayor de su administración legalizada. Si él mismo no logra patentizar habilidades y vínculos muy eficaces para que el país, por lo menos, se pacifique y concilie, los dos primeros secretarios de Gobernación no pudieron ser artífices de nada que importe (…)
Luto presidencial
Milenio Diario, p. 19/Opinión
Héctor Tajonar
Ante todo, expreso mis condolencias a los deudos de las víctimas de la tragedia ocurrida el martes de la semana pasada, así como al presidente Felipe Calderón por la pérdida de uno de sus colaboradores y amigos más cercanos. El lamentable suceso tendrá consecuencias importantes para lo que resta de la presente administración, algunas de las cuales ya se han puesto de manifiesto. El profundo e inocultable pesar que embarga al jefe del Ejecutivo lo indujo no sólo a exaltar la memoria de su amigo en tres emotivos discursos, sino también a reflexionar sobre el futuro de su mandato. Resultado de ese examen fue el severo reclamo formulado ante los miembros de su partido para “dejar atrás las mezquindades y las ruindades que nos impiden servir, que nos impiden hacer el bien y que nos atrapan en pleitos, en envidias, y además nos hacen perder elecciones.” (…)
Tierra del mucho
Reforma, p. 15/Primera - Opinión
Sergio Aguayo Quezada
Somos un país que ama las imprecisiones, el “más o menos”, el “mucho”... Ante la falta de información confiable cualquier teoría se hace creíble y se alimenta el molino de la especulación. Entretanto, ignoramos asuntos tan prioritarios y graves como la creciente influencia del crimen organizado en los gobiernos municipales. Ya se ha especulado bastante sobre la muerte de Juan Camilo Mouriño y José Santiago Vasconcelos, entre otros. Tal vez fue un accidente, a lo mejor fue una ejecución; por ahora, lo único cierto es que, en la imaginación popular, la omnipotencia del Presidente ha sido sustituida por el poder del crimen organizado: se les considera capaces de colocar bombas o lanzar misiles, de interferir comunicaciones y enterarse de la hora en que se acerca un pequeño avión al aeropuerto internacional... Sería ridículo negar que es una hipótesis plausible como el que la información a nuestra disposición es insuficiente.
Las decisiones de Calderón
El Financiero, p. 27/Opinión
Jaime Cárdenas
Una vez ocurrido el deceso de Mouriño, es el momento de las decisiones de Calderón, sobre su gabinete y el futuro de su gobierno. El acontecimiento del 4 de noviembre perseguirá a Calderón durante el tiempo que le corresponda gobernar. Si se trató de un sabotaje o atentado, la percepción de la debilidad de su gobierno aumentará, y si fue un accidente, como no se cansa de repetir Luis Téllez, la ineficiencia del gobierno será inocultable. Calderón no pudo proteger a su amigo. Calderón, desde hace mucho tiempo, está tocado. Su acceso al poder está cubierto por el manto de la duda sobre la legitimidad de las elecciones de 2006, y su permanencia en el poder obedece al interés de los diez o 15 grupos oligárquicos que en el país desean que siga en él. Así de débil es Calderón. Sin la televisión y sin el respaldo de personajes como Slim, Claudio X. González, Roberto Hernández, el gobierno de España o el de Estados Unidos, Calderón no podría estar en el poder ni un día más.
Un pacto improbable
Excélsior, p. 29/Opinión
Leonel Cota Montaño
En días recientes ha quedado perfectamente claro que no existe una posibilidad real de que, ante la sucesión de crisis confabuladas con la inseguridad pública para hacer de 2009 un año temible, la clase gobernante sea capaz de conducir hacia un pacto político nacional que garantice la gobernabilidad en los difíciles tiempos por venir. Colocado en la posición de convocar con éxito a la concreción de acuerdos entre las fuerzas políticas, en momentos en que la razón de Estado debiera estar por encima del interés partidista, Felipe Calderón optó por aprovechar la tragedia del martes 4 de noviembre para lucrar políticamente con actos y expresiones de propaganda desmesurada, descalificar a los detractores del desaparecido secretario de Gobernación y mostrarse como doliente privilegiado, oficiante generoso que reparte bienaventuranzas en territorio presuntamente laico.
¿Sí podemos?
El Universal, p. 19/Primera
Mauricio Merino
El 4 de noviembre hubo grandes giros en las historias de México y de Estados Unidos, por razones muy distintas. Allá, los electores optaron por Barack Obama como una alternativa a los errores y la prepotencia inagotables de George W. Bush. En México, se vino abajo el avión en que viajaban el secretario de Gobernación y el asesor más importante del gobierno en la lucha contra el crimen. Lo primero fue obra de la conciencia de una mayoría abrumadora de estadounidenses; lo segundo, nos dicen, fue obra de la casualidad. La elección de Obama fue un signo de esperanza para su país y para el mundo, mientras que la muerte de Mouriño y de Santiago Vasconcelos añadió nuevas razones para el desconsuelo de los mexicanos (…)
'E pluribus unum'
El Universal, p. 19/Primera
Miguel Alemán V.
E pluribus unum es la frase en latín del emblema oficial de Estados Unidos de América, cuyo significado entendemos como unidad en la diversidad, concepto que es fundamento de la cohesión social de esa nación. El día de ayer, en la Casa Blanca, George W. Bush y Barack Obama sostuvieron la primera reunión de los trabajos de transición del poder. Inicia así la gran reconciliación histórica con un grupo social que por razones de raza había sido privado de sus derechos más elementales. Largos años de segregación racial fueron sustituidos por movimientos de derechos civiles con el apoyo de presidentes como Harry S. Truman y Lyndon B. Johnson.
La democracia sí funciona
El Universal, p. 19/Primera
Lorenzo Córdova Vianello
Las pasadas elecciones presidenciales en Estados Unidos dejan una lección que vale la pena rescatar y destacar: el hecho de que el sistema democrático sigue siendo el mecanismo por excelencia para propiciar el cambio político sin rupturas. (...)En ese sentido, la gran virtud de ese régimen es que consiente la convivencia pacífica de la diversidad política e ideológica existente en una sociedad al permitir que cada determinado tiempo, mediante las elecciones, los ciudadanos decidan quiénes serán los encargados de tomar las decisiones colectivas y, con ello, que los cambiantes equilibrios políticos se vean reflejados efectivamente en órganos representativos del Estado.
Pactos que asfixian
La Jornada, p. 21/Opinión
Luis Linares Zapata
Los resultados del pacto en la cumbre entre el PRI y el gobierno del señor Calderón son tan densos como para ensayar una crítica a profundidad sobre sus negativos efectos en la vida política, social y económica del país. El primer conjunto de consecuencias son ya notables en la vertiente electoral (Coahuila, Hidalgo, Sinaloa o Guerrero). Los triunfos priístas en las contiendas locales marcan una línea indeleble: son acciones de Estado, de oneroso dispendio y, en muchas de las posiciones ganadas por sus militantes, las conexiones con el crimen organizado son estrechas.
Imperio del delito
Reforma, p. 13/Primera - Opinión
Modesto Suárez
El crimen organizado sacó provecho de la globalización para expandir sus mercados. Las organizaciones delictuosas se adaptaron con éxito a las circunstancias económicas neoliberales. Hay quien calcula que hasta un 20 por ciento de los negocios globales está en manos de la delincuencia organizada. Estudiosos de diferentes países han analizado el crecimiento de esas organizaciones criminales, tanto en términos geográficos como en una amplia gama de actividades que va desde asesinatos bajo pedido, contrabando de personas y mercancías, prostitución, tráfico de drogas, falsificación de artículos de lujo, fraudes telefónicos y cibernéticos, etcétera.
Incredulidad
El Universal, p. 19/Primera
Alejandro Gertz Manero
En este país muy poca gente le cree al poder público cuando emite cualquier mensaje oficial o exalta sus logros, ya que a través de décadas se ha ganado a pulso ese rechazo de la sociedad, en razón del engaño y la burla que nuestros políticos han ejercido mediante los inmensos presupuestos que han utilizado para manipular y engañar a la comunidad. Esa larga historia de desaciertos ha tenido capítulos verdaderamente emblemáticos, como lo fueron los que protagonizaban los sucesivos secretarios de Hacienda de nuestro país cuando salían a garantizar con vehemencia la fortaleza del peso, logrando que la gente saliera despavorida a comprar dólares antes de que los aplastara la inminente devaluación de nuestra moneda.
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