Cartón del día de Francisco Calderón en Reforma
Esta es la síntesis de artículos:
Avaricia
Reforma, p. 17/Primera - Opinión
Froylán M. López Narváez
Para muchos, la referencia a la noción o creencia en el pecado (falta a una presunta o concebida ley divina, a una orden universal) es una alusión boba, culpígena, obsoleta o francamente idiota. Se prefiere ya, entre lectores ávidos, hablar de bioética o de puro “ser” y no deber ser (Lipovetsky). O en todo caso de una moral (que no ética, su crítica) regida o imbuida por pragmatismos económicos o políticos. Ante la contundencia de una crisis “financiera” como no ha habido otra, según Carlos Slim, personaje de la fundamental, pero no omnipotente, plutocracia mexicana e internacional (la hegemonía clave de los capitales o capitalistas) que si bien no gobierna administrativamente, su influjo es imponente dada la prevalencia de disvalores ya viejos y no obstante contemporáneos: el mercado (los mercaderes), la libre competencia (dejar lucrar hasta donde se pueda), la especulación (en antros o bolsas de valores), el uso de seres humanos (empleados) para la ganancia irrefrenada.
Blindar las elecciones
El Universal, p. 21/Opinión
Lorenzo Córdova Vianello
La presencia del narco en nuestro país no es nueva, pero nunca como ahora había existido la legítima preocupación de su injerencia en la política a través del financiamiento de las campañas electorales. La subsistencia de la criminalidad organizada es posible sólo si existe protección desde el poder público. De ahí que la corrupción sea la salvia vital de toda corporación criminal. Así, las campañas electorales, que suponen una natural necesidad de gasto para las actividades de proselitismo por parte de partidos y candidatos, se convierten en un delicado momento de la vida política propicio para que los intereses criminales busquen tener injerencia en quienes tendrán la responsabilidad de tomar las decisiones públicas.
Pena de muerte versión México
La Jornada, p. 24/Opinión
Arnoldo Kraus
Instaurar la pena de muerte en México tal como sugieren el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, y la mayoría del Congreso local suscita demasiadas ideas. La fundamental es que la nuestra es una nación donde la justicia es papel y no realidad Valores asociados a la justicia como democracia ética salud casa ausencia de miseria y oportunidades de desarrollo similares son nuevamente papel y no realidad. Proponer y, en su caso, aprobar la pena de muerte en países injustos conlleva demasiados peligros. El sesgo es uno: se reproducirían los errores existentes y se condenaría a quienes no puedan birlar la justicia o a quienes'' sean incapaces de comprarla. Un repaso de las historias de los prófugos de la justicia en México, y de muchas personas que han sido encarceladas por no contar con los medios suficientes para defenderse son testimonios vivos del sesgo judicial.
La sociedad del rencor
El Universal, p. 21/Opinión
Miguel Alemán V.
En el presente año, más de 5 mil personas han perdido la vida en forma violenta y de manera vinculada al crimen organizado. Estas fechas, que son motivo de reunión familiar, nos obligan a reflexionar que muchas familias tendrán una silla vacía en su mesa. Cada muerte reportada tiene un grupo de familiares o amigos que en promedio suman 40 ó 60 personas. Desafortunadamente, los deudos de quienes han fallecido en esta lucha, nunca vista en nuestro país, albergan un doble sentimiento: por una parte, la demanda de justicia y, por la otra, un sentimiento de venganza. Hablamos de al menos 250 mil ó 350 mil personas que en este año han perdido a un familiar o a un amigo cercano en forma violenta; muchos de ellos son niños y jóvenes cuya indignación es semilla de la venganza. Por eso es oportuno emprender la compleja tarea de alentar la conciliación y la pacificación entre grupos sociales afectados, antes de que la sociedad siga construyendo los bastiones de un enfrentamiento cuyos graves efectos aún no alcanzamos a identificar.
La Iglesia ante la pena capital
La Jornada, p. 24/Opinión
Bernardo Barranco V.
El gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, con el respaldo de legisladores locales del PRI y del PVEM, aprobaron una iniciativa para restablecer en la Constitución Mexicana la pena de muerte para secuestradores. Esta iniciativa será turnada al Congreso de la Unión y ha desencadenado diversas y encontradas posturas de instituciones y actores políticos. Las oposiciones más visibles provienen de sectores mayoritarios de la jerarquía católica, unos a favor, unos en contra. El análisis histórico nos indica que la Iglesia justificó jurídica y teológicamente, durante siglos, la pena capital. La aceptación de la pena de muerte para una amplia variedad de crímenes fue una práctica heredada del sistema legal cuando el cristianismo se imbricó convirtiéndose en la religión predominante del imperio romano a inicios del siglo IV. Sobre el debate actual, el Vaticano ha indicado su rechazo a la medida, lo que muestra en el caso de la pena de muerte que la inmutabilidad de la doctrina católica no sólo no es absoluta, sino dinámicamente cambiante en la historia.
Camus y la muerte
Milenio Diario, p. 16/Opinión
Juan Ignacio Zavala
Son múltiples los comentarios que se han hecho, relativos a la propuesta del PRI para aprobar la pena de muerte. Como todo en la vida, cada que hay un tema a discusión es importante investigar qué han dicho los grandes hombres respecto del tópico. En esta ocasión, por lo relevante del tema y porque Albert Camus es por muchas razones un autor indispensable. Las citas son de un libro llamado precisamente “La pena de muerte”, escrito con Arthur Koestler. Cuenta Camus que antes de la primera guerra “un asesino, cuyo crimen fue particularmente indignante, fue condenado a muerte en Argel. El asunto tuvo gran repercusión. Todo el mundo pensó que la decapitación era una pena demasiado débil para un monstruo semejante. Ésa fue la opinión de mi padre quien quiso asistir a la ejecución, por primera vez en su vida. A nadie dijo lo que había visto esa mañana. Mi madre cuenta solamente que entró como una exhalación, el rostro trastornado, se negó a hablar, se tendió un momento sobre la cama y de pronto se puso a vomitar.” Hasta aquí Camus. Falta la respuesta del PRI.
Los oportunistas de la pena de muerte
Excélsior, p. 25/Primera-Opinión
Víctor Gordoa
El oportunismo comprende una actitud que consiste en aprovechar al máximo las circunstancias para obtener el mayor beneficio posible, sin tener en cuenta principios ni convicciones. Estamos viviendo tiempos inéditos en torno a la violencia y los delitos atentatorios contra la libertad personal. Esta situación ha generado sentimientos negativos como el Miedo, el Enojo, la Indignación y la Desesperación, que se han arraigado en el corazón de casi todos los mexicanos. Esto ha formado otro sentimiento devastador: el del Deseo de Venganza. Humberto Moreira, el gobernador de Coahuila, ha armado un gran revuelo sugiriendo la implantación de la pena de muerte en su estado. Sin embargo, los del Partido Verde ahora sí no se midieron con la colocación de cientos de espectaculares por todo el país pidiendo la pena de muerte. Se necesitaría estar muy ciego para no ver la intención de ganar simpatías con miras a las elecciones intermedias de 2009.
Pena capital, rusticidad y demagogia
Milenio Diario, p. 17/Opinión
Héctor Tajonar
“La pena de muerte es perniciosa para la sociedad, debido a que ofrece un ejemplo de barbarie” -escribió el filósofo y jurista italiano Cesare Beccaria en su libro “De delitos y penas”, en 1767. Hoy, a más de dos siglos de esa publicación, y a exactamente 60 años de que la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó y proclamó en su Resolución 217 A (III), del 10 de diciembre de 1948, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la pena de muerte y la venganza siguen siendo norma jurídica en más de 80 países del mundo. La mayoría de los países en los que se aplica la pena de muerte son regímenes autoritarios de África y Asia, así como del mundo árabe o musulmán. Nada de esto parece importarle al gobernador de Coahuila, quien indujo a la Legislatura estatal a elaborar y enviar una iniciativa al Congreso de la Unión para reformar la Constitución de la República, para que se aplique la pena de muerte a los secuestradores que maten a sus víctimas. El oportunismo y la demagogia deben castigarse, al menos, en las urnas.
Diciembre 10
Reforma, p. 17/Primera - Opinión
Sergio Aguayo Quezada
Para divertir a la multitud, un showman poblano hizo que se encueraran, por dinero, un puñado de niños indígenas. Actuó auspiciado por el presidente municipal priista de Hueytlalpan. Puebla se une a la celebración, este diciembre 10, del 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Sinopsis. En Hueytlalpan, Puebla, hubo un jaripeo, y con la protección del presidente municipal priista, Juan Martín Barrientos, el sonidero y maestro de ceremonias convocó a un concurso a un grupo de niños de entre 6 y 12 años. Por cada prenda que se quitaban recibían 50 pesos. Se encueraron con el alborozo de la multitud. La diputada local perredista Irma Ramos Galindo denunció lo que había sucedido, y la acusaron de mentirosa y borracha. Con o sin aliento alcohólico, el hecho está confirmado. ¿Por qué sigue violándose la dignidad de nuestros niños?
Avaricia
Reforma, p. 17/Primera - Opinión
Froylán M. López Narváez
Para muchos, la referencia a la noción o creencia en el pecado (falta a una presunta o concebida ley divina, a una orden universal) es una alusión boba, culpígena, obsoleta o francamente idiota. Se prefiere ya, entre lectores ávidos, hablar de bioética o de puro “ser” y no deber ser (Lipovetsky). O en todo caso de una moral (que no ética, su crítica) regida o imbuida por pragmatismos económicos o políticos. Ante la contundencia de una crisis “financiera” como no ha habido otra, según Carlos Slim, personaje de la fundamental, pero no omnipotente, plutocracia mexicana e internacional (la hegemonía clave de los capitales o capitalistas) que si bien no gobierna administrativamente, su influjo es imponente dada la prevalencia de disvalores ya viejos y no obstante contemporáneos: el mercado (los mercaderes), la libre competencia (dejar lucrar hasta donde se pueda), la especulación (en antros o bolsas de valores), el uso de seres humanos (empleados) para la ganancia irrefrenada.
Blindar las elecciones
El Universal, p. 21/Opinión
Lorenzo Córdova Vianello
La presencia del narco en nuestro país no es nueva, pero nunca como ahora había existido la legítima preocupación de su injerencia en la política a través del financiamiento de las campañas electorales. La subsistencia de la criminalidad organizada es posible sólo si existe protección desde el poder público. De ahí que la corrupción sea la salvia vital de toda corporación criminal. Así, las campañas electorales, que suponen una natural necesidad de gasto para las actividades de proselitismo por parte de partidos y candidatos, se convierten en un delicado momento de la vida política propicio para que los intereses criminales busquen tener injerencia en quienes tendrán la responsabilidad de tomar las decisiones públicas.
Pena de muerte versión México
La Jornada, p. 24/Opinión
Arnoldo Kraus
Instaurar la pena de muerte en México tal como sugieren el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, y la mayoría del Congreso local suscita demasiadas ideas. La fundamental es que la nuestra es una nación donde la justicia es papel y no realidad Valores asociados a la justicia como democracia ética salud casa ausencia de miseria y oportunidades de desarrollo similares son nuevamente papel y no realidad. Proponer y, en su caso, aprobar la pena de muerte en países injustos conlleva demasiados peligros. El sesgo es uno: se reproducirían los errores existentes y se condenaría a quienes no puedan birlar la justicia o a quienes'' sean incapaces de comprarla. Un repaso de las historias de los prófugos de la justicia en México, y de muchas personas que han sido encarceladas por no contar con los medios suficientes para defenderse son testimonios vivos del sesgo judicial.
La sociedad del rencor
El Universal, p. 21/Opinión
Miguel Alemán V.
En el presente año, más de 5 mil personas han perdido la vida en forma violenta y de manera vinculada al crimen organizado. Estas fechas, que son motivo de reunión familiar, nos obligan a reflexionar que muchas familias tendrán una silla vacía en su mesa. Cada muerte reportada tiene un grupo de familiares o amigos que en promedio suman 40 ó 60 personas. Desafortunadamente, los deudos de quienes han fallecido en esta lucha, nunca vista en nuestro país, albergan un doble sentimiento: por una parte, la demanda de justicia y, por la otra, un sentimiento de venganza. Hablamos de al menos 250 mil ó 350 mil personas que en este año han perdido a un familiar o a un amigo cercano en forma violenta; muchos de ellos son niños y jóvenes cuya indignación es semilla de la venganza. Por eso es oportuno emprender la compleja tarea de alentar la conciliación y la pacificación entre grupos sociales afectados, antes de que la sociedad siga construyendo los bastiones de un enfrentamiento cuyos graves efectos aún no alcanzamos a identificar.
La Iglesia ante la pena capital
La Jornada, p. 24/Opinión
Bernardo Barranco V.
El gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, con el respaldo de legisladores locales del PRI y del PVEM, aprobaron una iniciativa para restablecer en la Constitución Mexicana la pena de muerte para secuestradores. Esta iniciativa será turnada al Congreso de la Unión y ha desencadenado diversas y encontradas posturas de instituciones y actores políticos. Las oposiciones más visibles provienen de sectores mayoritarios de la jerarquía católica, unos a favor, unos en contra. El análisis histórico nos indica que la Iglesia justificó jurídica y teológicamente, durante siglos, la pena capital. La aceptación de la pena de muerte para una amplia variedad de crímenes fue una práctica heredada del sistema legal cuando el cristianismo se imbricó convirtiéndose en la religión predominante del imperio romano a inicios del siglo IV. Sobre el debate actual, el Vaticano ha indicado su rechazo a la medida, lo que muestra en el caso de la pena de muerte que la inmutabilidad de la doctrina católica no sólo no es absoluta, sino dinámicamente cambiante en la historia.
Camus y la muerte
Milenio Diario, p. 16/Opinión
Juan Ignacio Zavala
Son múltiples los comentarios que se han hecho, relativos a la propuesta del PRI para aprobar la pena de muerte. Como todo en la vida, cada que hay un tema a discusión es importante investigar qué han dicho los grandes hombres respecto del tópico. En esta ocasión, por lo relevante del tema y porque Albert Camus es por muchas razones un autor indispensable. Las citas son de un libro llamado precisamente “La pena de muerte”, escrito con Arthur Koestler. Cuenta Camus que antes de la primera guerra “un asesino, cuyo crimen fue particularmente indignante, fue condenado a muerte en Argel. El asunto tuvo gran repercusión. Todo el mundo pensó que la decapitación era una pena demasiado débil para un monstruo semejante. Ésa fue la opinión de mi padre quien quiso asistir a la ejecución, por primera vez en su vida. A nadie dijo lo que había visto esa mañana. Mi madre cuenta solamente que entró como una exhalación, el rostro trastornado, se negó a hablar, se tendió un momento sobre la cama y de pronto se puso a vomitar.” Hasta aquí Camus. Falta la respuesta del PRI.
Los oportunistas de la pena de muerte
Excélsior, p. 25/Primera-Opinión
Víctor Gordoa
El oportunismo comprende una actitud que consiste en aprovechar al máximo las circunstancias para obtener el mayor beneficio posible, sin tener en cuenta principios ni convicciones. Estamos viviendo tiempos inéditos en torno a la violencia y los delitos atentatorios contra la libertad personal. Esta situación ha generado sentimientos negativos como el Miedo, el Enojo, la Indignación y la Desesperación, que se han arraigado en el corazón de casi todos los mexicanos. Esto ha formado otro sentimiento devastador: el del Deseo de Venganza. Humberto Moreira, el gobernador de Coahuila, ha armado un gran revuelo sugiriendo la implantación de la pena de muerte en su estado. Sin embargo, los del Partido Verde ahora sí no se midieron con la colocación de cientos de espectaculares por todo el país pidiendo la pena de muerte. Se necesitaría estar muy ciego para no ver la intención de ganar simpatías con miras a las elecciones intermedias de 2009.
Pena capital, rusticidad y demagogia
Milenio Diario, p. 17/Opinión
Héctor Tajonar
“La pena de muerte es perniciosa para la sociedad, debido a que ofrece un ejemplo de barbarie” -escribió el filósofo y jurista italiano Cesare Beccaria en su libro “De delitos y penas”, en 1767. Hoy, a más de dos siglos de esa publicación, y a exactamente 60 años de que la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó y proclamó en su Resolución 217 A (III), del 10 de diciembre de 1948, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la pena de muerte y la venganza siguen siendo norma jurídica en más de 80 países del mundo. La mayoría de los países en los que se aplica la pena de muerte son regímenes autoritarios de África y Asia, así como del mundo árabe o musulmán. Nada de esto parece importarle al gobernador de Coahuila, quien indujo a la Legislatura estatal a elaborar y enviar una iniciativa al Congreso de la Unión para reformar la Constitución de la República, para que se aplique la pena de muerte a los secuestradores que maten a sus víctimas. El oportunismo y la demagogia deben castigarse, al menos, en las urnas.
Diciembre 10
Reforma, p. 17/Primera - Opinión
Sergio Aguayo Quezada
Para divertir a la multitud, un showman poblano hizo que se encueraran, por dinero, un puñado de niños indígenas. Actuó auspiciado por el presidente municipal priista de Hueytlalpan. Puebla se une a la celebración, este diciembre 10, del 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Sinopsis. En Hueytlalpan, Puebla, hubo un jaripeo, y con la protección del presidente municipal priista, Juan Martín Barrientos, el sonidero y maestro de ceremonias convocó a un concurso a un grupo de niños de entre 6 y 12 años. Por cada prenda que se quitaban recibían 50 pesos. Se encueraron con el alborozo de la multitud. La diputada local perredista Irma Ramos Galindo denunció lo que había sucedido, y la acusaron de mentirosa y borracha. Con o sin aliento alcohólico, el hecho está confirmado. ¿Por qué sigue violándose la dignidad de nuestros niños?
Va desde esta esquina una felicitación para el editor de esta página, por el esfuerzo que realiza. Esta es una página muy completa, solamente le falta que el editor publique una columna económico-política yq ue haya una bolsa de trabajo para los periodistas. Muchas gracias por su atención.
ResponderBorrarGracias por tu comentario.
ResponderBorrarYa vendrá la columna.
Y también la bolsa de trabajo.
Todo a su tiempo
Saludos
Cosme Haces