viernes, enero 01, 2010

Comentocracia: 2010, el año del centenario

Caricatura de Rocha en La Jornada

Así viene la síntesis de artículos:

El año del centenario

El Universal, p. 19/Opinión
Macario Schettino
Iniciamos el año del Centenario. Regresamos al cabalístico número 10, aunque al momento de escribir estas líneas no tengo información todavía de ningún levantamiento que quiera emular al de los zapatistas de 1912 o de 1994. Espero que cuando usted lea esto sigamos sin tener ese tipo de levantamientos, que han mostrado una y otra vez su inutilidad, y su alto costo (…) Mientras muchas personas se preocupaban por esta cábala, casi nadie parecía al tanto del comportamiento de la producción de petróleo en México, de su hundimiento (…) Es decir que en este año del Centenario tendremos que reducir nuestro consumo, o incrementar nuestra producción, nada más para seguir como siempre (…) En realidad, lo que hoy enfrentamos debimos haberlo enfrentado en 1980, pero Cantarell nos salvó. Por 30 años (…) Este año del Centenario, si tenemos suerte, debería ser el año en que abandonemos, de manera definitiva, los residuos del régimen de la Revolución (…)

Corrupcionismo

El Universal, p. 19/Opinión
Enrique del Val
Uno de los aspectos más sorprendentes del año que pasó, que esperamos sea una lección para 2010, se refiere a la actitud de las personas frente a hechos violatorios de la ley o las normas de convivencia. Las cuestiones referentes a la ética y la moral se han relajado, provocando daños no sólo económicos sino, lo más importante, sociales, lo que puede conducir a las futuras generaciones a situaciones en las que poco o nada les interese cumplir con las obligaciones, legales o éticas. La gran crisis financiera fue generada por la avaricia de unos cuantos y las omisiones de las autoridades encargadas de vigilarlos (…) Un ejemplo del ello son las violaciones de los partidos -no se salva ni uno- a los límites de dinero que pueden recibir para las campañas políticas por parte de ciudadanos o empresas.
Siempre aceptan más de lo que permite la ley (…) Las celebraciones de Bicentenario y Centenario son un magnífico foro para que la ética y la responsabilidad social se impulsen en este país que tanto lo necesita (…)

Sobreviviendo el 2010

El Universal, p. 19/Opinión
Ana María Salazar
Mientras que en el resto del mundo la crisis económica afectó a la mayoría, aquí en nuestro terruño también fueron muchos los mexicanos que además de sentir el impacto en sus bolsillos, también se sintieron más intranquilos ante la crisis de inseguridad que afecta el país. ¿Qué esperar de 2010? (…) Lo que suceda en 2010 en parte dependerá de lo que hemos aprendido no sólo de la crisis que nos aqueja en este momento, sino de las lecciones históricas que deberíamos haber aprendido como nación al celebrarse este año el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución. La forma en que enfrentemos el 2010 dependerá de nuestra capacidad de reconocer nuestros errores no sólo como personas sino como país y tomar los pasos necesarios para no errar de nuevo (…) Más allá de nuestra capacidad individual, el que México salga adelante dependerá del liderazgo que muestre la clase política, empresarial y los líderes sociales (…)

Se acabó

Reforma, p. 10/Primera - Opinión
Rafael Segovia
Considerar normal que se asesine a 15 o 20 personas todos los días, atribuyéndolo al narco, nos dice cómo estamos, quiénes nos gobiernan y en qué cultura nos movemos (…). El pueblo no pasa de ser la masa laboriosa, como dirían los cursis, y mal vivir con los sueldos que se pagan cuando se tiene trabajo, que ya son millones los que no lo tienen. Las empresas cierran o echan a los hombres y mujeres a la calle, a que aumenten la delincuencia organizada (…) El señor Calderón ha caído en la cuenta de que hay demasiados diputados y senadores, de que las campañas políticas salen muy caras, de que conviene mantener a estos hombres y mujeres en sus puestos (…) De milagro no propondrá que se le respete más, que se le aplauda su atrevimiento y su valor, en que una parte del Ejército se destine a su cuidado personal (…) En fin, con las tortillas a un precio inadmisible, si los habitantes se quejan de no poder pagarlas, que compren brioches. Cuando se dijo esto, poco después estalló la Revolución Francesa.

Un año más

Reforma, p. 10/Primera - Opinión
Myriam Vachez
Se nos acabó el año y aunque sepamos que estas fechas son convencionales y acordadas, algo dentro de nosotros nos impulsa a seguir albergando todo tipo de esperanzas con respecto al año nuevo y que deberá, obviamente, ser mejor que el que se terminó. 2009, Año Internacional de la Astronomía, será por desgracia mucho más recordado por la crisis económica mundial que por los eventos que, en todo el mundo, intentaron propiciar que la gente volteara al cielo y tuviera así la oportunidad de ubicar nuestra Tierra y nuestros problemas en su verdadera dimensión (…) Antes que cualquier otro, el primer objetivo de la humanidad debe ser resolver esta terrible injusticia del destino o de la lotería natural, diría Rawls.

2010: toda una esperanza

Reforma, p. 11/Primera - Opinión
Paz Fernández Cueto
Este año, como parte de las celebraciones del bicentenario, es momento de pasar de las promesas a las realizaciones, convirtiendo las expectativas en hechos concretos capaces de impactar positivamente la calidad de vida de los mexicanos. Para esto es necesario que los pesimistas, los temerosos o escépticos, los derrotistas de siempre, los inconformes por principio y los críticos de profesión nos concedan al menos el beneficio de la duda aceptando que es posible imponer el amor a México (…) Esperamos en primer lugar un cambio en la actitud de funcionarios, gobernantes y legisladores que pueda traducirse en resultados (…) Para propiciar un buen ánimo nacional, esperamos que la tónica de la noticia cambie de rumbo, que deje atrás el sensacionalismo amarillista en el que hemos caído, y que nada beneficia al país (…)

Reflexiones para empezar el año

Milenio Diario, p. 12/Opinión
Marco Provencio
Dice mi Tía Cleta que el tiempo que uno desperdicia lo desperdicia a uno, porque no es el tiempo el que vuela, el que se esfuma o el que se va, sino uno mismo. Es de esas pocas cosas que una vez perdida es imposible reencontrar. Se puede reencontrar un amigo, un objeto, un camino, inclusive un sentimiento o una pasión. ¿El tiempo? Nunca. Por eso, porque ayer fue el día en que más gente en el mundo celebra a raíz de que en el año 46 A.C. el emperador Julio César decretara el primero de enero como el día de inicio del calendario que más adelante se le conocería como “Juliano”; porque aunque hoy aparenta ser como cualquier otro día en realidad no lo es, pues hay algo del universo interior que se detiene hoy, así sea por un momento, y nos lleva a analizar lo que somos y hacemos y soñamos desde una perspectiva que creemos algo diferente; porque es probable que varios de los pocos lectores que hayan llegado hasta acá lo han hecho con algo más que una ligera jaqueca; porque hay que enfrentar los siguientes 364 días con el arsenal más completo de actitudes positivas y porque hay que dejar que los periódicos tengan un resquicio aunque sea ocasional para algo distinto a la opinionitis de comentócratas o declaratócratas, van algunas reflexiones de otros sobre estas fechas con ánimo de iniciar el año con aires renovados, que ya habrá tiempo de abordar los temas del tic-tac cotidiano de la vida pública (…)

Las 12 uvas del deseo político

Excélsior, p. 13/Primera-Opinión
José Elías Romero Apis
(…) La otra noche soñé o creí soñar que me encontraba en una fiesta de fin de año. La muy clásica de nuestras costumbres. Con romeritos, bacalao, pavo, ponche y hasta ensalada de betabel. Estaban mis familiares y muchos de mis amigos. Lo único extraño es que nuestro anfitrión era, ni más ni menos, el Presidente de México. Pero no el Presidente actual ni alguno del pasado. Era una extraña combinación de muchos de ellos. Una bien lograda mezcla de las cualidades que han tenido algunos. Por lo menos, de los que han tenido alguna virtud. Lo más extraño fue que al momento del cambio de año, con el sonido de las doce campanadas, el Presidente-anfitrión devoraba cada uva mientras el resto de los invitados le deseábamos un parabién. Olvidaba decir que, en mi sueño, había una magia. Esos buenos deseos siempre se cumplían, para la fortuna de la nación. Venturoso sortilegio de mi ensoñación feliz (…) Cuando desperté, comprendí que el gobernante de mi sueño había sido un elegido para gozar de los grandes privilegios de los dioses. Tan solo estaría obligado a aportar las pequeñas virtudes de los hombres. Ya en la ducha pensé en todas las veces que dilapidamos nuestras fortunas, tan solo por no saber para que sirven o en que momento utilizarlas.

Navidad sangrienta

El Universal, p. 18/Opinión
Antonio Navalón
La última Navidad del año nueve, de la nueva era surgida tras el 11 de septiembre para los Estados Unidos y el mundo, acaba con un muy mal mensaje: se ha producido un fallo generalizado en el sistema de seguridad, que pudo hacer, durante unas horas, que las blancas navidades de Detroit fueran cubiertas por una lluvia de sangre, metal e inseguridad (…) Desde el 9-11, Estados Unidos ha incrementado cada año fiscal al menos 50 mil millones de dólares su presupuesto de seguridad -más de 630 mil millones fueron aprobados por la administración demócrata para 2010-, con el objetivo de recuperar su tranquilidad (…) Obama ha dicho que se llegará hasta las últimas consecuencias contra quien esté implicado (…) Occidente está perdiendo esta guerra porque no está entendiendo un hecho fundamental: que nuestro éxito depende acompañado de muchas cosas, el suyo sólo de una: destruir y matarnos a los infieles donde sea, como sea y cuando sea.

Gobierno horrible

Milenio Diario, p. 12/Opinión
Pablo Gómez
(…) Año horrible. Pero horrible ha sido la política del gobierno y, por tanto, el gobierno. Se dejó de hacer todo lo que pudo haberse hecho para defender al país de la crisis. Hubo una renuncia absurda e inicua a intentar siquiera la defensa de la producción y el empleo. En lugar de eso, se dejó que el ajuste económico siguiera un curso espontáneo y se aumentaron las cargas fiscales sobre la economía real. Sólo los monopolios salieron airosos (…) Lo que resta del sexenio de Felipe Calderón estará tocado por la impronta de una política irresponsable (…) México es hoy peor que antes (…) No habrá progreso en México mientras no sea derribado el poder actual. Bajo la oligarquía, seguiremos teniendo una modernización superficial y en gran medida aparente (…) El patrón mexicano de distribución del ingreso es uno de los peores del mundo. El sistema económico opera para la minoría mientras aumentan los contrastes entre la opulencia y la pobreza. Hoy tenemos más pobres que antes, pero los grandes ricos son ahora mucho más ricos. ¡Qué horrible balance!

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