Pablo Hiriart en su columna "Uso de Razón, de El Financiero, señala que si alguien quiere saber por qué la imagen del gobierno no levanta como debería después de un ciclo histórico de reformas, en su mayoría sacadas por consenso, tiene que darle una mirada a la economía cotidiana.El problema no es la inflación –donde hay cuentas excelentes–, sino la falta de liquidez porque no se les paga a los proveedores. No son cacahuates.
El meollo del asunto
Seguramente hay una razón económica por la cual el país se endeuda, recauda mucho, se ve poca obra pública y no les paga a los proveedores en tiempo.
Pero del otro lado están los resultados: un mal ambiente hacia el presidente, contra el gobierno y su partido –al que le piden ganar elecciones–. Y un populista que se soba las manos por el banquete que le están poniendo.
El meollo del asunto
Seguramente hay una razón económica por la cual el país se endeuda, recauda mucho, se ve poca obra pública y no les paga a los proveedores en tiempo.
Pero del otro lado están los resultados: un mal ambiente hacia el presidente, contra el gobierno y su partido –al que le piden ganar elecciones–. Y un populista que se soba las manos por el banquete que le están poniendo.
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