La Hora Cósmica
Por Cosme Haces
No se gana para sustos en el escenario político de Puebla.
El zafarrancho que armó ayer el PRD para discutir su alianza por el PAN.
Los sudores de los morenovallistas para reforzar la candidatura de Antonio Gali.
La dizque rebeldía de López Zavala ante la imposición de Blanca Alcalá.
Y el destape del inefable Ricardo Villa Escalera como candidato independiente, se quedan chicos ante lo que acabo de leer:
Lo consigna Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros:
La que podría dar un susto al morenovallismo, peor que el que se llevó con el PRD, es Ana Teresa Aranda, quien ya tiene un Plan B en caso de que la autoridad electoral le niegue su registro como candidata independiente a la gubernatura de Puebla.
Por ahora sólo le adelanto que la ex directora del Sistema Nacional DIF y ex secretaria de Desarrollo Social ya tiene acercamientos con Morena, partido que podría darle cobijo en el 2016.
Cuando Ana Tere renunció al PAN hace unos meses escribí de ella:
Coraje
Tiene el coraje: la rabia trasciende en cada una de sus declaraciones. Tiene liderazgo. Tiene experiencia en escaramuzas de resistencia civil y en protestas callejaras. Tiene rebeldía y se le da el discurso contestatario y populista.
Y debe tener ganas de poder.
Ana Teresa Aranda se había tardado en renunciar al PAN.
Debió ser doloroso, pero finalmente lo hizo.
Recuerdo a Ana Teresa, allá por los años 80. Fui a cubrir una convención del PAN en Querétaro y ella era la animadora. Acababa de llegar a la presidencia del partido Luis H. Alvarez y los panistas estaban enardecidos. Estaban enardecidos, porque desde el presidium, a gritos, porras y microfonazos, Ana Teresa los tenía en vilo.
Volví a verla un 20 de noviembre de 1993, fecha que recuerdo muy bien, porque ese día salió el primer número de Reforma y yo tenía una cita en el despacho de Diego Fernández de Cevallos para entrevistarlo. Ese día también, empezaba la convención panista para elegir candidato a la Presidencia y Diego era uno de los contendientes.
Llegó Ana Tere con otras mujeres, armaron banderas y pancartas y se fueron a la convención con Fernández de Cevallos, que salió triunfador para iniciar aquella memorable campaña contra Ernesto Zedillo y Cuauhtémoc Cárdenas.
El diablo
Trabajé para Ana Teresa Aranda como director de comunicación social, cuando ella era directora del DIF nacional y me consta su capacidad de trabajo: aprovechaba los fines de semana para recorrer los comités estatales y los pueblos reclutando simpatizantes.
Me consta también que estuvo entonces cerca de salirse del partido, cuando el PAN poblano le cerró las posibilidades de lograr la candidatura a gobernadora. Entonces su rival era Francisco Fraile.
No se salió, pero elegantemente renunció a la competencia en una conferencia de prensa donde puso en evidencia que no había condiciones de equidad.
Hoy, basta con repasar sus declaraciones para ver que políticamente tiene un objetivo, casi una obsesión: hacerle la guerra a Rafael Moreno Valle.
Cuando lanzó su candidatura independiente, escribí: Surge La Bronca.
Pues ahora lo reafirmo ante su posible alianza con Morena:
Ana Tere no se va a tocar el corazón para lograr sus dos grandes objetivos: ser gobernadora y aplastar a Moreno Valle.
La Bronca se aliaría hasta con El Diablo
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