Francisco Garfias en su columna Arsenal, de Excélsior, narra que uno de los primeros actos del empresario Gerardo Gutiérrez Candiani en su campaña para obtener la candidatura del PRI al gobierno de Oaxaca fue visitar Arrazola y Teotitlán del Valle. Son las capitales de los alebrijes y los tapetes.
Allí se topó con la realidad de su estado. "Lo primero que me dijeron es que no tenían letrero a la entrada del pueblo. Querían que les pusieran uno", contó el hombre.
Él no es priista. Podría afiliarse, sí, pero una vez que se resuelva la candidatura, algo que ocurrirá en el curso de la semana.
De todos los aspirantes, Gutiérrez Candiani es el que tiene un perfil ciudadano. Toda su vida ha sido empresario. Empezó con cinco mil pesos prestados, creció hasta llegar a ser el mero mero del Consejo Coordinador Empresarial. Dos reelecciones y de allí a la grilla en un estado partido por dos cacicazgos: el de Ulisesy el de Murat.
Allí se topó con la realidad de su estado. "Lo primero que me dijeron es que no tenían letrero a la entrada del pueblo. Querían que les pusieran uno", contó el hombre.
El meollo del asunto
Él no es priista. Podría afiliarse, sí, pero una vez que se resuelva la candidatura, algo que ocurrirá en el curso de la semana.
De todos los aspirantes, Gutiérrez Candiani es el que tiene un perfil ciudadano. Toda su vida ha sido empresario. Empezó con cinco mil pesos prestados, creció hasta llegar a ser el mero mero del Consejo Coordinador Empresarial. Dos reelecciones y de allí a la grilla en un estado partido por dos cacicazgos: el de Ulisesy el de Murat.
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