Pablo Hiriart en su columna Uso de razón, de El Financiero, observa que algo le ha sentado mal al inteligente líder nacional del PAN, Ricardo Anaya, pues últimamente no ha estado tan atinado como acostumbra. Tal vez se ha juntado demasiado con Agustín Basave, y hay cosas que se pegan.
El martes tuvieron la ocurrencia de oficializar una solicitud a la Procuraduría General de la República para que de ahora en adelante les informe si alguno de sus candidatos tiene nexos con el crimen organizado.
El martes tuvieron la ocurrencia de oficializar una solicitud a la Procuraduría General de la República para que de ahora en adelante les informe si alguno de sus candidatos tiene nexos con el crimen organizado.
El meollo del asunto
Si la PGR tiene evidencias de actos delictivos de una persona, sea o no candidato a un puesto político, tiene que actuar. No se le puede pedir que le avise antes, bajita la mano, a los partidos que su abanderado a una alcaldía, diputación o gubernatura es un presunto delincuente.
En síntesis: los tiempos de la PGR no pueden ser los tiempos de los partidos. Faltaba más.
Si la PGR tiene evidencias de actos delictivos de una persona, sea o no candidato a un puesto político, tiene que actuar. No se le puede pedir que le avise antes, bajita la mano, a los partidos que su abanderado a una alcaldía, diputación o gubernatura es un presunto delincuente.
En síntesis: los tiempos de la PGR no pueden ser los tiempos de los partidos. Faltaba más.
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