Al grito de ¡Unidad… unidad!, el PRI se despedaza hace ya muchos meses.
Pero el fin de semana fue la ruptura mayor, la que de persistir cerrará al tricolor el camino de regreso a Los Pinos.
Roberto Madrazo abandonó a su suerte al Estado de México, que siempre ha sido su carta fuerte, y ahora más.
Hace poco Madrazo defendió a López Obrador contra el desafuero, y también a Rubén Mendoza, candidato del PAN al gobierno mexiquense, contra su retiro del proceso.
Pero el sábado el PRI mexiquense se lanzó a la campaña por el gobierno del estado, sin tener allí a su líder nacional, sin Madrazo, que ni siquiera envió un representante.
Tampoco estuvieron con Arturo Montiel, sus amigos del Tucom.
Y eso que todos en el PRI pregonan que sin unidad no irán a ninguna parte
El asunto mereció, por cierto, la casi totalidad de la columna A Puerta cerrada, de la señora Marcela Gómez Zalce, quien apunta en Milenio:
Los hombres, mi estimado, son mucho más constantes en el odio que en el amor. Las diferencias que hace varias lunas mantienen Roberto Madrazo y Arturo Montiel llegaron finalmente a su clímax este fin de semana al negarse, el primero, a asistir a la toma de protesta del candidato tricolor en el Estado de México, Enrique Peña Nieto.
Esto, my friend, no sólo es una pésima señal en el interior de la dividida, enfrentada y resentida pandilla priista, sino que de paso Roberto le expone a Arturo que más vale le vaya midiendo el tono a sus declaraciones. El problema en sí, amable lector, tiene varios divertidos ángulos. Pero antes de entrar a la romántica tenebra relájese unos minutos, lea con atención y disfrute en compañía de su ser más querido este día de San Valentín (doesn´t matter if it´s your lovely pet). ¿Listo? Ahí le va.
Por una parte, Madrazo le mete al proceso mexiquense una presión marca no me olvides justo cuando el mandatario estatal acaba de recibir un tubazo de parte del gobierno federal, con todo el extraño y absurdo asunto sobre la posible inhabilitación de Rubén Mendoza Ayala como abanderado panista. Turns out, al inquieto Arturito le dijeron alegremente desde Los Pinos: el que se ríe, se lleva. O sea, más vale camarada que dejes de hacer travesurillas porque spick and spam, you´re not.
El final de ese bochornoso capítulo en la vida política interna choricera terminó el pasado viernes, cuando a Rubén, en el IEEM, le dijeron que siempre no hubo mayor bronca, pues. Lo que deja entre el respetable, amén de un putrefacto tufo, querido lector, una pésima imagen del instituto que, supuestamente, deberá ser árbitro imparcial en la simpática contienda donde los partidos políticos se van a dar hasta con la cubeta por obtener su pase a 2006.
La chistosa cuestión es que estos analfabetas funcionales que planearon la ingenua tenebra contra los azules no sólo han fortalecido a Mendoza Ayala, quien como nunca va en caballo de hacienda rumbo al proceso del próximo 3 de julio, sino que le han regalado varias semanas de aparecer en los headlines y ser la nota en los diversos medios. Una fantástica oportunidad, my friend, de desarrollar un singular marketing alrededor de una de las candidaturas más accidentadas en los últimos años, ya que Rubén ha enfrentado exitosamente fuego amigo, fuego cruzado y fuego tricolor. Not bad at all, ¿eh?
Si este golpe bajo contra el PAN le pareció una estrategia de seres inteligentes (you live in another planet), súmele la brillante idea de alguien que al mismo tiempo —y desde la misma oficina— lanzó la oscura bola para desacreditar, golpear y manchar a la candidata del PRD, Yeidckol Polevnsky. Welcome to politics, my dear. Porque más allá de sus válidas razones personales —que muy pronto hará públicas—, todo este singular affaire tiene el sello inconfundible de las lacritas tricolores, mismo que, por supuesto, ya fue detectado y sin duda habrá amenas sorpresas.
La singular pregunta que mantiene a la concurrencia muy divertida es: ¿habrá perdido el sentido común el gobernador Montiel? Porque eso de enfrentarse al CEN madracista cuando su candidato no aparece arriba en las preferencias electorales es, por decir lo menos, una peligrosa combinación entre temerario, soberbio and frankly very stupid.
Porque estará de acuerdo que a estas alturas un error de cálculo puede ser lapidario para Peña Nieto, quien se encuentra atrapado en una batalla que, con la pena compadre, ya es suya. Roberto Madrazo y el junior verde Jorge Emilio harán justamente lo necesario para que Arturo y su delfincillo Enrique cedan y, ahora sí, negocien. O sea, ¿qué fue lo que quedó pendiente la última vez que nos vimos las caras?
Este simpático pleito en tierras mexiquenses no puede durar mucho tiempo más, mi estimado. Alguien va a perder algo más que la risa y la tranquilidad del sueño, eso mientras el PAN se fortalece y el PRD prepara su estrategia para, ahora sí, enfrentar a los demonios. Abróchese el cinturón porque... It´s going to be a hell of a ride...
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