El periódico El Mundo hace una relación de importantes hechos reportados durante la última década. Uno de los temas se refiere a Marcial Maciel y Dice:
2009 ¡Y PENSAR QUE IBA CAMINO DE SER SANTO!
Yo nunca habría elegido este camino para mi vida... Cuando conocí a ese hombre, yo era una menor... No supe quién era realmente hasta el final». La mujer que engendró a la hija del padre Marcial Maciel, el fundador de la congregación ultracatólica Legionarios de Cristo, habló por primera vez en agosto de 2009, tras décadas de silencio, en una exclusiva de Crónica que dio la vuelta al mundo.
Hasta entonces, el santuario de Norma Hilda Baños ha sido un piso de 327 metros y unos dos millones de euros. Desde que le pusimos nombre, ella y su hija, Norma Rivas, de 23 años, abandonaron su refugio y hoy protegen su intimidad en alguna de sus propiedades en España, entre otros lugares en Galicia.
Normita, la hija del pecador, heredera en principio de parte de su inmensa fortuna, se licenció en Periodismo en la Universidad Francisco de Vitoria. Maciel dejó más hijos: tres en México y otro, Kevin, en Inglaterra (otra hija murió en Bélgica en un accidente). Los tres vástagos mexicanos acaban de descubrir que Maciel les procuró un fideicomiso millonario en Bahamas.
Estas revelaciones obligaron a los legionarios a pronunciar un mea culpa público y pedir perdón a las víctimas de su fundador. Pero los hijos que Maciel dejó sembrados por el mundo no fueron su único pecado. A ellos se suman las acusaciones de pederastia, abusos sexuales, drogas...
Ante la inspección de los legionarios ordenada este año por el Papa, la congregación aceptó retirar la imagen de nôtre père de sus centros. Ya sólo podían aferrarse al ideario que les dejó.
Pero ni siquiera eso. Hace dos semanas, la Legión reconoció que también en esto había mentido el padre Maciel. El contenido de El salterio de mis días, el libro de cabecera de la congregación, lo plagió Maciel en un 80% de la obra del republicano español Luis Lucía Lucía...
Todo se hunde en los Legionarios de Cristo. Maciel ya, por supuesto, no cumplirá su sueño de subir a los altares. / IDOIA SOTA
2009 ¡Y PENSAR QUE IBA CAMINO DE SER SANTO!
Yo nunca habría elegido este camino para mi vida... Cuando conocí a ese hombre, yo era una menor... No supe quién era realmente hasta el final». La mujer que engendró a la hija del padre Marcial Maciel, el fundador de la congregación ultracatólica Legionarios de Cristo, habló por primera vez en agosto de 2009, tras décadas de silencio, en una exclusiva de Crónica que dio la vuelta al mundo.
Hasta entonces, el santuario de Norma Hilda Baños ha sido un piso de 327 metros y unos dos millones de euros. Desde que le pusimos nombre, ella y su hija, Norma Rivas, de 23 años, abandonaron su refugio y hoy protegen su intimidad en alguna de sus propiedades en España, entre otros lugares en Galicia.
Normita, la hija del pecador, heredera en principio de parte de su inmensa fortuna, se licenció en Periodismo en la Universidad Francisco de Vitoria. Maciel dejó más hijos: tres en México y otro, Kevin, en Inglaterra (otra hija murió en Bélgica en un accidente). Los tres vástagos mexicanos acaban de descubrir que Maciel les procuró un fideicomiso millonario en Bahamas.
Estas revelaciones obligaron a los legionarios a pronunciar un mea culpa público y pedir perdón a las víctimas de su fundador. Pero los hijos que Maciel dejó sembrados por el mundo no fueron su único pecado. A ellos se suman las acusaciones de pederastia, abusos sexuales, drogas...
Ante la inspección de los legionarios ordenada este año por el Papa, la congregación aceptó retirar la imagen de nôtre père de sus centros. Ya sólo podían aferrarse al ideario que les dejó.
Pero ni siquiera eso. Hace dos semanas, la Legión reconoció que también en esto había mentido el padre Maciel. El contenido de El salterio de mis días, el libro de cabecera de la congregación, lo plagió Maciel en un 80% de la obra del republicano español Luis Lucía Lucía...
Todo se hunde en los Legionarios de Cristo. Maciel ya, por supuesto, no cumplirá su sueño de subir a los altares. / IDOIA SOTA
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