Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante, de Cambio, considera que la reunión perredista de este lunes pretende: Uno, bloquear el camino a Roxana Luna o a algún barbosista. Dos, abrir el camino a la designación de Tony Gali como candidato en asamblea universal, para así abrir la puerta a la firma de una Candidatura Común, cuyo aval –aparentemente– no es facultad del CEN perredista.
En realidad, el gran protagonista del desaguisado es Luis Miguel Barbosa, quien adoptó como jefe a Moreno Valle durante el tiempo que le convino, a quien ahora desecha en pos de asegurarse la candidatura de la izquierda poblana en 2018. Se equivoca quien piensa que el senador, como ha ocurrido antes, se va a ablandar con argumentos sólidos. El problema es otro: a Barbosa le interesa congraciarse con Andrés Manuel López Obrador para que el tabasqueño lo designe, en dos años, abanderado de Morena, lo cual atraería a MC, PRD y PT en un amplio frente de izquierda con posibilidades de llegar a Casa Puebla.
El meollo del asunto
No hay comentarios.:
Publicar un comentario