jueves, febrero 04, 2016

Describe el sablazo que el cardenal Rivera le quiso dar a Peña Nieto

Joaquín López Dóriga en su columna En privado, de Milenio, narra que aquel jueves 24 de junio de 2014, el presidente Peña Nieto recibió al secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolín. en el patio central de Palacio Nacional y le abrió el Salón Rojo, que tan poco se usa, para ofrecerle una comida en la que con ellos se sentaron el entonces canciller José Antonio Meade, el también entonces jefe de la Oficina de la Presidencia, Aurelio Nuño Mayer, el nuncio Christoph Pierre un asistente del secretario de Estado y el cardenal arzobispo primado de México, Norberto Rivera.



El meollo del asunto


La comida corría con las cortesías del caso cuando Norberto le dijo al Presidente que necesitaba su respaldo para arreglar la Catedral,<em> no tenemos dinero para hacerlo y necesitamos su ayuda. Lo he buscado, le reprochó, pero no lo he podido localizar, así que aprovecho para decirle que necesitamos dinero para la Catedral.
El Presidente le dio un capotazo y al terminar la comida, el secretario de Parolín y el nuncio Pierre ofrecieron una disculpa al Presidente por la impertinencia de Norberto que, dijo uno de ellos,<em> ofende a la Iglesia. Y Norberto como siempre, como si nada, como si todo.

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