Escribe Enrique Aranda en Excélsior:
La víspera de Navidad, el siempre controversial y odiado por no pocos Manuel Espino Barrientos hizo públicos sus propósitos (políticos) para el nuevo año y los compartió —de manera especial— con quienes en las últimas semanas y meses han dado forma a la que, ya hoy, en Acción Nacional, es reconocida como la corriente de la refundación o, si se prefiere, como la del volver a empezar…
Una corriente, o tribu azul, valdría decir, que poco o nada tiene que ver con la decepcionante realidad del ahora partido oficial donde, sobran evidencias, no pocos de sus actuales dirigentes y militantes de primer nivel parecen haber cedido a la tentación de asumir como propias las peores prácticas del viejo y más deplorable de los priismos.
Por ello, precisamente, es que a nadie extrañó descubrir cómo, en su lista de propósitos navideños —su carta a Santaclós, bromeó alguno— el primero y más enfático de los deseos del último jefe nacional electo —no impuesto— del blanquiazul es “aprender de los desaciertos… (para) tener un partido autónomo independiente”, con expectativa de éxito.
De Naturaleza Política, AQUI
Una corriente, o tribu azul, valdría decir, que poco o nada tiene que ver con la decepcionante realidad del ahora partido oficial donde, sobran evidencias, no pocos de sus actuales dirigentes y militantes de primer nivel parecen haber cedido a la tentación de asumir como propias las peores prácticas del viejo y más deplorable de los priismos.
Por ello, precisamente, es que a nadie extrañó descubrir cómo, en su lista de propósitos navideños —su carta a Santaclós, bromeó alguno— el primero y más enfático de los deseos del último jefe nacional electo —no impuesto— del blanquiazul es “aprender de los desaciertos… (para) tener un partido autónomo independiente”, con expectativa de éxito.
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