Cómo intentaron doblar al Papa en el caso de los 43 de Ayotzinapa

Enrique Aranda en su columna De naturaleza política, de Excélsior, narra que no aterrizaba aún el avión que trasladó al papa Francisco desde Roma, vía La Habana al país, y los organizadores de la visita sabían ya que en el solicitado encuentro de de los padres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, plagiados y asesinados en septiembre de 2014 en Guerrero, no tendría cabida en la agenda del Pontífice.

El meollo del asunto

Así se hizo saber a sacerdotes jesuitas promotores de la reunión y activistas cercanos a estos que, a la vista del rechazo de (recibir) “un trato diferenciado…” al previsto para cualquiera otra de las muchas víctimas del delito o del entorno de violencia prevaleciente en México a quienes se dirigirá hoy el Obispo de Roma en la fronteriza Ciudad Juárez, optaron por la presión mediática, pública, para tratar de “doblar” a quienes, en su momento, consideraron (políticamente riesgoso) atender a su petición que, vale decir, al paso de los días se tornó reclamo y exigencia…

Aquí la columna

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