Por Cosme Haces
¡Que viene Manlio! ¡Que hay debate!
Son los temas del momento en la agenda electoral. Dos temas por cierto que vienen a animar el soporífero ambiente en que se mueve la contienda, donde a falta de otros estímulos, lo más interesante hasta ahora ha sido la guerrita de lodo y los dimes y diretes entre los equipos de los candidatos.
Los comentaristas arrastraron bien el lápiz este día para desentrañar ambos hechos.
En el caso de la visita del jerarca priísta Manlio Fabio Beltrones, son más las especulaciones que las certezas.
Lo que queda claro es que no se tratará de una visita de cajón.
Rodolfo Ruiz, en La Corte de los milagros, sugiere estar atentos a su discurso, pues de lo que diga o deje de decir sabremos qué tantas posibilidades tiene Blanca Alcalá de remontar la ventaja que le saca José Antonio Gali Fayad.
Y lo más importante, de la actitud de Manlio Fabio, dice el columnista podría deducirse hasta dónde se apostará la estructura nacional priísta y del gobierno federal para hacerla ganar.
El último clavo
Para Valentín Varillas en Status, en cambio, la situación es más clara: El dirigente priísta vendría a replantear acciones de campaña, en vista de que Puebla en estos últimos días ha adquirido un nuevo valor estratégico
Las fuentes de Varillas juran que será una visita diferente, muy diferente a la que realizó aquel 5 de abril, cuando la candidata de su partido, Blanca Alcalá, presentó su visión de estado.
Y que veremos a un Manlio Fabio optimista, incendiario, echado para adelante, confrontador, crítico demoledor, que no escatimará en el discurso ataques al gobernador Moreno Valle.
¿La razón?, según el columnista, porque en el PRI nacional ya dan por perdida la contienda en Oaxaca y Veracruz.
"La derrota poblana sería el último clavo en el ataúd político de Beltrones, quien se siente con los tamaños suficientes no sólo para seguir vigente en las grandes ligas de la política nacional, sino para ser considerado en la lista de “presidenciables”, apunta Varillas.
Rosario de Amozoc
Sea lo que sea a lo que venga Beltrones, lo cierto es que la campaña de Blanca Alcalá sí necesita un buen empujón para remontar la desventaja que mantiene frente e Antonio Gali, según las encuestas que se manejan.
Y ese empujón podría producirse también en los debates que están en puertas, el del CCE que se celebrará esta noche, y el del Instituto Electoral, de fecha y formato aún inciertos.
Los empresarios del CCE no han querido que a su confrontación de candidatos se le llame debate.
Encuentro, lo denominan, como si los contendientes fueran a reunirse a tomar el te en amigable convivencia.
Y aquí los maliciosos tienen sus dudas: ¿Podrán los empresarios mantener un tranquilo intercambio de propuestas entre los contendientes?
Parece que no. Y que la duración de dos horas y media que le dan a la reunión se presta para que en algún momento se enciendan los ánimos y aquello termine como el Rosario de Amozoc.
Porque, ¿quién controla a tres mujeres: Blanca, Ana Tere y Roxana, empeñadas en confrontarse con un hombre?
Antonio Gali podría convertirse esta noche en el payaso de las cachetas en el debate del CCE.
Si es que va
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