Barullo en las redes: un estado de ánimo estridente y descreído parece gobernar al mundo

Héctor Aguilar Camín en su columna Día con dia, de Milenio, reflexiona sobre el estado de ánimo estridente, irritado y descreído que parece gobernar este momento del mundo.
Se refiere al barullo incesante, inconforme, ingobernable que se desborda por las redes sociales bajo el control de nadie, navegando por encima o por debajo o a través de las instituciones y los estados, los gobiernos o los medios.

El meollo del asunto

Nada parece capaz de contener, normar, conducir, la anárquica soberanía de esas conversaciones sin dueño que son, sin embargo, dueñas invisibles de nuestro estado de ánimo.
El estado de ánimo es un juicio sobre la realidad, un pronunciamiento sobre el mundo y sobre lo que queremos o podemos hacer en él.
Hay el estado de ánimo “epocal”, que alude al cambio profundo de las civilizaciones, de la mente humana y sus instrumentos.
La turbulencia que registra hoy el estado de ánimo del mundo corresponde a las fases iniciales de este último tipo: un estado de ánimo epocal que nos susurra, perturbadoramente, que vamos dejando de ser lo que somos, y estamos obligados a cambiar o a desaparecer.

Aquí la columna

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