Todo eso existió. Las policías cibernéticas podrán trazar su origen y hasta dar con los responsables. Pero sería un error mayúsculo confundir el chispazo con el incendio.
El meollo del asunto
Las chispas caen en la pradera seca de la irritación, mucho más extendidas que las cuentas propiciatorias de las redes sociales.
Las incitaciones le hablan al corazón, al mazo de emociones negativas que ha tomado ya el corazón de la República.
Las redes sociales solo han echado cerillos a un incendio que los estaba esperando. Las llamas de los motines recientes parecen haber menguado, pero las condiciones para nuevos incendios están dadas. Los mexicanos las hemos construido cuidadosa y ciegamente en los últimos años.
Las incitaciones le hablan al corazón, al mazo de emociones negativas que ha tomado ya el corazón de la República.
Las redes sociales solo han echado cerillos a un incendio que los estaba esperando. Las llamas de los motines recientes parecen haber menguado, pero las condiciones para nuevos incendios están dadas. Los mexicanos las hemos construido cuidadosa y ciegamente en los últimos años.
Aquí la columna
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