jueves, enero 28, 2016

En el PAN ya ven a Moreno Valle como priísta disfrazado; lo abandonan sus aliados

La Hora Cósmica

Por Cosme Haces

La tortilla se volteó en Puebla.
El escenario político quedó patas arriba.
Y los analistas, lo mismo los locales que los nacionales, rehacen sus mapas electorales, actualizan las prospectivas y ajustan las bolas de cristal que les revelaban el futuro, porque la ruptura de la alianza entre el PAN y el PRD lo trastocó todo.
El caso de Puebla dejó de ser una simple contienda electoral por una minigubernatura local, para adquirir dimensiones nacionales.
Ni más ni menos, la ruptura aliancista le pega a las aspiraciones de un contendiente por la Presidencia de la República.


Lo que se veía como una competencia entre partidos: el PAN y el PRD juntos contra el PRI pasó a ser una lucha entre un presidente nacional del PAN y un gobernador.
Y ahora los protagonistas no son tanto Antonio Gali o Blanca Alcalá, sino Ricardo Anaya, Agustín Basave y Rafael Moreno Valle.
Joaquin López Dóriga, por ejemplo, adelanta un marcador: Anaya 1, Moreno Valle 0.y  explica en su columna de Milenio que finalmente los astros se le alinearon al presidente del PAN Ricardo Anaya y lo que parecía en un principio derrota, el no lograr la alianza del PRD con quien ganó las elecciones de hace seis años, se le transformó en una victoria, porque su proyecto ya no es ganar la minielección de Puebla con un gobernador de dos años, sino buscar, como candidato del PAN, la Presidencia de la República en 2018.
Francisco Garfias, en Excélsior revela sobre el asunto que Rafael Moreno Valle le hizo "tremendo pancho" en privado al jefe panista, Ricardo Anaya, luego de que anunciara que en Tlaxcala no habría coalición con el PRD y, por consiguiente, tampoco en Puebla.

Priísta de color azul

Ricardo Rafael, en el Universal pronostica de plano que Moreno Valle no será candidato presidencial porque su aspiración para el 2018 topó con pared y esa pared tiene nombre: Agustín Basave, presidente nacional del PRD.
Dice que Ricardo Anaya prefiere entonces maniobrar para que Moreno Valle pierda en su apuesta. Y lo hace siguiendo un cálculo simple: si este gobernador es derrotado en 2016 frente al PRI, nadie querrá verlo en la boleta de 2018. Sería por tanto el fin de sus aspiraciones presidenciales. 
Esto es precisamente lo que Anaya y otros panistas prefieren: nunca dejaron de ver al poblano como un político priísta disfrazado sólo por conveniencia de color azul. Mejor perder Puebla y no el partido, considera.
Pablo Hiriart en El Financiero lamenta el panorama poblano y asegura que Rafael Moreno Valle está siendo objeto de extorsión política por parte de la dirigencia nacional del PRD y posiblemente de su propio partido.
Si encumbran o dejan caer a Moreno Valle es asunto de los panistas. Pero lo que se ve es que está siendo chantajeado, afirma.
Ahí está pasando algo importante: el sacrificio de un precandidato.

Abandonan el barco

En lo local, Alejandro Mondragón, en Status, ve a las fuerzas políticas poblanas abandonar el barco morenovallista, y a las federales jugar en dos pistas:
La institucional de alfombra roja para el góber y la partidista, donde Beltrones tiene la instrucción de ganar Puebla.
Asegura que los presidenciables Luis Videgaray y Miguel Ángel Osorio Chong, así como Rosario Robles blindan la candidatura de Alcalá.
Bueno, según Mondragón, hasta los masones abandonan a Moreno Valle.
Y Los factores de poder económico y político no jugarían con él en un escenario de derrota, sin nada que ofrecer.
Fermín Alejandro García en La Jornada de Oriente calcula una pérdida de unos 200 mil votos que tendrá RMV por su divorcio con el PRD y que eso le va a quitar el sueño al gobernador de aquí al día de la elección.
Por su parte, Arturo Rueda, en Cambio,considera que Ricardo Anaya, deliberadamente, se dejó poner condiciones en el caso Puebla y dejó a su suerte a Moreno Valle, asesorado por Santiago Creel.
¿Y Antonio Gali?
Pues con todo esto, se queda en el limbo.
Adonde van los niños sin bautizar.

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