Norma Salgado ya no llora, pero tiene la mirada extraviada mientras habla. Hace tres semanas perdió a su hija Samaí Márquez Salgado, de 25 años. Primero vivió durante horas la angustia de su desaparición y después el intolerable dolor de saber que había muerto a manos de su novio. Samaí llevaba dos meses embarazada y su pareja Rafael Portillo decidió que ni el niño ni ella debían vivir. La llevó a un descampado en la periferia de la ciudad de Puebla y allí, con unos cuantos tiros, puso fin a la historia.
Ahora, la madre de Samaí reza por ella en una capilla del centro de una de las ciudades más conservadoras de México, pero no llora.
“Lo único que pido es Justicia, no quiero venganza, ni dinero, solo eso: Justicia”, menciona Salgado al salir de misa. El caso de Samaí es el número 50 de los feminicidios documentados por la Fiscalía de Puebla en los últimos 14 meses y el quinto en el que la víctima estaba embarazada. Mientras algunas organizaciones civiles denuncian que los feminicidios han comenzado a abundar en esta región de México, las autoridades aseguran que no existe evidencia suficiente que sugiera que Puebla es una zona roja de los asesinatos contra mujeres.
El 25 de febrero, cientos de personas protestaron en el Zócalo de la ciudad para denunciar la abundancia de los casos y exigir medidas para frenar estos crímenes.
En 2015, la Fiscalía registró 37 feminicidios y en los primeros dos meses de 2016 ha contado 13 casos más.
José Flota Ocampo, fiscal de Derechos Humanos de Puebla reconoce que es un tema que ocupa a la Fiscalía, pero que su incidencia todavía no es alta. De los 50 feminicidios, señala, el 10% tienen como víctima a una mujer embarazada.
“Lo único que pido es Justicia, no quiero venganza, ni dinero, solo eso: Justicia”, menciona Salgado al salir de misa. El caso de Samaí es el número 50 de los feminicidios documentados por la Fiscalía de Puebla en los últimos 14 meses y el quinto en el que la víctima estaba embarazada. Mientras algunas organizaciones civiles denuncian que los feminicidios han comenzado a abundar en esta región de México, las autoridades aseguran que no existe evidencia suficiente que sugiera que Puebla es una zona roja de los asesinatos contra mujeres.
El 25 de febrero, cientos de personas protestaron en el Zócalo de la ciudad para denunciar la abundancia de los casos y exigir medidas para frenar estos crímenes.
En 2015, la Fiscalía registró 37 feminicidios y en los primeros dos meses de 2016 ha contado 13 casos más.
José Flota Ocampo, fiscal de Derechos Humanos de Puebla reconoce que es un tema que ocupa a la Fiscalía, pero que su incidencia todavía no es alta. De los 50 feminicidios, señala, el 10% tienen como víctima a una mujer embarazada.
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