miércoles, mayo 25, 2016

Pésima imagen de Peña Nieto acabó como lastre para la campaña de Blanca Alcalá

Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, de La Jornada de Oriente, señala que la única apuesta que tienen el PRI y su candidata Blanca Alcalá Ruiz para ganar los comicios dentro de dos domingos es que salga a sufragar entre 85 y 90 por ciento de la estructura del partido, porque fuera del voto duro del tricolor la aspirante no logró penetrar en otros sectores de la población. 
Entre los factores que influyeron para crear esa limitación, uno de los que más pesó es la pésima imagen del presidente Enrique Peña Nieto, quien lejos de haber sido una fortaleza para la abanderada se acabó convirtiendo en un fuerte lastre.

El meollo del asunto

Se supone que la bandera de Alcalá y su campaña iba a ser denunciar la corrupción, los abusos de poder y la falta de combate a la desigualdad social de parte del morenovallismo, pero resulta que donde más cojea el gobierno de Enrique Peña Nieto es en el combate a la corrupción, en el aumento de la violencia y que sus reformas en nada ayudaron a reducir la lacerante pobreza que sufren la mayoría de los mexicanos.
Por esa razón el discurso de Blanca Alcalá, aparte de estar mal estructurado, resultó vacío, sin ser atractivo para la población y se acabó topando con la realidad de un presidente frívolo.

Aquí la columna

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