Nadie vive más de 122 años; científicos establecen el límite de vida para el hombre

122 años, cinco meses y catorce días. Ese es el tiempo que vivió Jeanne Calment, el ser humano más longevo del planeta. Esa mujer, que fue vecina del pintor Vicent van Gogh en Arlés y vivió la aparición de inventos revolucionarios como la bombilla eléctrica, el avión o el teléfono, murió en 1997, según reseña el diario ABC.

Con su fallecimiento dejó un récord de supervivencia que aún no se ha superado. Y, probablemente, será difícil de superar, según sugiere un nuevo análisis demográfico. 

Esta investigación, que publica la revista «Nature»,marca un límite natural de la esperanza de vida de la especie humana. Aunque, evidentemente, no excluye la posibilidad de que un avance científico derribe en algún momento esa frontera de mortalidad, advierten los autores.

La esperanza de vida en los países occidentales ha ido creciendo a lo largo del siglo 20 de forma casi ininterrumpida. De una manera, que parecía difícil encontrar un límite y animaba a pensar en los humanos como una especie casi inmortal. 

Sin embargo, esta tendencia al alza se ha ralentizado en el siglo XXI. El equipo de Jan Vig, de la Escuela de Medicina Albert Einstein de Nueva York, muestra en su estudio cómo las posibilidades de supervivencia caen en picado una vez que se alcanza los cien años de vida.

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