Las huestes del subcomandante Marcos —hoy Galeano—dieron el salto definitivo de la clandestinidad a la institucionalidad, con esa decisión adoptada en asamblea.
Hay una lamentable excepción: Andrés Manuel López Obrador. No le gustó ni tantito que los zapatistas hayan optado por participar en las urnas. El Peje se siente dueño del monopolio de la inconformidad. Es él o lo que llama “la mafia en el poder.”
El meollo del asunto
Los demás movimientos antisistémicos son de farsantes. Casi los trata como paleros del gobierno.
No hace falta ser un sesudo analista para deducir que la clientela electoral de El Peje y la de los encapuchados es antisistémica.
Los demás movimientos antisistémicos son de farsantes. Casi los trata como paleros del gobierno.
No hace falta ser un sesudo analista para deducir que la clientela electoral de El Peje y la de los encapuchados es antisistémica.
Dos o tres por ciento de los votos que vayan a la candidata del zapatismo podrían ser perjudiciales para el tabasqueño. En una elección apretada, como la que se perfila para el 2018, eso puede ser determinante.
De allí la molestia de Andrés.
Aquí la columna
De allí la molestia de Andrés.
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