Los economistas erraron todos los pronósticos para 2016: los nacionales y los internacionales

José Yuste en su columna Activo Empresarial, de Excélsior, relata que en una comida de fin de año con los miembros de la Asociación de Bancos de México se recordaba lo cambiante que fue 2016 y que nadie en su sano juicio hubiera creído, en diciembre del año pasado, lo que sucedería: El secretario de Hacienda que negoció las reformas, renunciaba; nos quedaríamos sin el gobernador del Banco de México porque decide tomar otra oportunidad laboral; Donald Trump ganaría las elecciones en Estados Unidos sobre una candidata completa como fue Hillary Clinton; Gran Bretaña terminaría decidiendo su salida de la Unión Europea, rechazando todas las ventajas de pertenecer al bloque europeo.

El meollo del asunto

Ni Nostradamus, vaya, ni el Brujo Mayor habría podido vaticinar todo lo sucedido en 2016.
Los economistas podrán hacer pronósticos para 2017, pero siempre con la información disponible. 

En 2016 ningún pronóstico acertó. Ni los nacionales, con la salida de Videgaray y la renuncia de Carstens. Ni los internacionales, con el Brexit y Trump. 

Aún así, los pronósticos (con todo y sus fallas) son lo más cercano que tenemos para prever y planear el futuro de inversiones, empleo y bienestar.

Aquí la columna

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