miércoles, junio 22, 2016

Nuño, altanero y bravucón, ya le creó una crisis política al gobierno de Peña Nieto

Salvador García Soto en su columna Serpienes y Escaleras, de El Universal, señala que tanto insistió Aurelio Nuño, con su tono altanero y bravucón, en que no habría “diálogo de ningún tipo con la CNTE”, que ayer, cuando finalmente el gobierno modificó su postura, ante el agravamiento del conflicto magisterial y los ocho muertos de Nochixtlán, el secretario de Educación tuvo que salir públicamente a pronunciar la típica declaración del funcionario al que le movieron el piso: “No voy a renunciar”.


El meollo del asunto

Y es que la instrucción presidencial para que el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, entrara a coordinar la mesa de diálogo con los maestros disidentes fue una derrota para Nuño que, a pesar de la violencia del domingo en Oaxaca, se opuso al interior del gabinete a que se dialogara. 
La mesa que hoy se instala en Bucareli confirma que el problema desatado por la intransigencia de la SEP y la radicalización de la Coordinadora —aunado a la infiltración de grupos radicales y guerrillas que se subieron al movimiento de los maestros— ya se convirtió en una crisis política para el gobierno de Peña Nieto que, con la llegada ayer a Oaxaca de relatores especiales de la ONU, cobra dimensiones internacionales.

Aquí la columna

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