Dar la cara no exonera de los cargos a Padrés; no imaginó que detuvieran a su hijo

Francisco Garfias en su columna Arsenal, de Excélsior, narra que el exgobernador de Sonora Guillermo Padrés anunció con Ciro que se entregaría a la justicia para enfrentar los cargos de defraudación fiscal y demostrar su inocencia.
Aprovechó el micrófono que le ofreció el influyente conductor, convertido en defensor de los perseguidos, para anunciar que demandará a la exprocuradora Arely Gómez por “abuso de autoridad”.
Ya encarrerado, hasta se declaró “perseguido político”.
Los panistas aplaudieron, destacaron, elogiaron la “valentía” de Padrés. La compararon con la “cobardía” de Javier Duarte. Parecían haberse olvidado que no hace mucho le quitaron sus derechos partidistas.

El meollo del asunto

Desde Margarita hasta Ricardo Anaya, pasando por el Jefe Diego, se congratularon porque el sonorense dio la cara.
Pero eso no lo exonerará de los cargos de defraudación fiscal, operación con recursos de procedencia ilícita y, de última hora, delincuencia organizada.
A la hora de entregarse, el exgobernador de Sonora estaba lejos de imaginarse que su hijo, del mismo nombre, que lo acompañó a los juzgados del reclusorio, sería detenido e internado por delincuencia organizada, que es un delito grave.

Aquí la columna

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