El ejemplo representativo es, sin dudarlo, el Museo Regional de la Casa del Alfeñique.
Lo cerraron al público para transformarlo -ooootra obras de rescate- en una fonda de comida (Pancito Tun, Tun). Sí, así como lo lee.
Ahora encontrará en el lugar deliciosos emparedados, eso sí, muy barrocos.
El meollo del asunto
Lo peor, ninguno de la Legión Cultitis de Puebla ha expresado su rechazo. Silencio cómplice.
En el 2010, fue rescatada con cambio en instalaciones hidrosanitarias, eléctricas y de seguridad. La inversión ascendió a los 30 millones de pesos, reportó en la glosa del IV Informe el último secretario de Cultura, en la gestión marinista, Alejandro Montiel Bonilla.
Pues desde el 2014 empezó este museo a sufrir el traslado ¿saqueo? de piezas barrocas al MIB, obra magna morenovallista, y ahora abrieron la franquicia fast food.
Aquí la columna
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Lo peor, ninguno de la Legión Cultitis de Puebla ha expresado su rechazo. Silencio cómplice.
En el 2010, fue rescatada con cambio en instalaciones hidrosanitarias, eléctricas y de seguridad. La inversión ascendió a los 30 millones de pesos, reportó en la glosa del IV Informe el último secretario de Cultura, en la gestión marinista, Alejandro Montiel Bonilla.
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