miércoles, mayo 24, 2017

Organizan la rapiña de diesel con escudos humanos y la amenaza de prender fuego

Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante, de Cambio, considera que si las escenas de excesos de la Policía Militar en Palmarito Tochapan recorrieron México y el mundo, también lo hicieron las de la pasividad de soldados y policías estatales en la ‘rapiña’ de combustible ocurrida hace un par de días en la comunidad de San Francisco Tláloc, cuando mujeres y niños, exponiéndose a una explosión, recogieron el combustible derramado por una toma clandestina.
Así pasa con la fuerza pública en México: o cae en el exceso, o cae en el defecto, pero difícilmente en la acción eficaz para romper el circuito de la ilegalidad que es el huachicol. O por lo menos ese fue el juicio común de los medios de comunicación.


El meollo del asunto

Pero un nuevo dato revelador explica qué ocurrió realmente en San Francisco Tláloc y provocó la pasividad de la Policía Militar y policías estatales: la amenaza del capo local, ‘El Salinas’, de prender fuego a la alberca de combustible si detenían la ‘rapiña’ de diésel.
Carlos Pérez Marcos, ‘El Salinas’ o ‘El Negro’, es el capo huachicolero que opera con su hermana ‘La Negra’ en la región de San Martín Texmelucan y sus alrededores. Este sujeto fue quien organizó a los pobladores de San Francisco Tláloc para ir a la ‘rapiña’ de combustible mediante un sistema de pago doble.
Pero en realidad no saben el riesgo que corren, ya que para los capos esos pobladores son el escudo de salida, tal y como ‘El Salinas’ amenazó a los elementos de la Policía Militar que llegaron a atender la toma: si trataban de detener o impedir la ‘rapiña’, le prenderían fuego al lago de diésel para provocar un espectáculo dantesco de quemados y llamas.

Aquí la columna

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