La Hora Cósmica
Por Cosme Haces
La risa es cosa seria.
Precisamente Umberto Eco teje una trama de crímenes e intrigas en su novela El Nombre de la Rosa, en torno a la risa.
En una abadía benedictina de los Apeninos hay un manuscrito envenenado, oculto por un adusto monje bibliotecario para que nadie sepa de su contenido. Para el monje, reir es frivolidad y pecado y nadie debe conocerlo. El libro resulta ser la Poética de Aristóteles, donde el filósofo recomienda la risa y como en la Macarena, afirma que reir es cosa buena.
Por el contrario, en análisis transaccional, "la risa del ahorcado" es un juego psicológico interno en el que, para decirlo en pocas palabras, uno celebra su desgracia.
Como el condenado a muerte que sube riendo al cadalso y acaba colgado de la horca con una sonrisa en el rostro: jejeje, soy un malvado.
O como el que se cae y se levanta riendo: jejeje, qué torpe soy.
Esta es risa de la mala.
Esa sonrisa
Por eso al columnista le intriga que invariablemente en las fotos de inauguraciones o eventos donde coinciden el gobernador y el alcalde, éste aparece con una sonrisa al lado del primero.
Y se pregunta: ¿qué estará celebrando Antonio Gali? jejeje, yo aquí a su sombra.
El columnista no está calificado para hacer este tipo de conjeturas psicológicas.
Pero lee en la columna de Rodolfo Ruiz de hace unos días en E-Consulta:
"El alcalde capitalino José Antonio Gali Fayad y sus operadores deberían preguntarse ¿qué tan conveniente les resulta continuar bajo la sombra del gobernador Rafael Moreno Valle en su objetivo de ganar los comicios locales de 2016?".
Porque resulta que, más de la mitad de los poblanos opina que con Moreno Valle, Puebla va por el camino equivocado, según Consulta Mitofsky.
En definitiva, que en estos momentos ser el hombre del gobernador no es una ventaja, sino un lastre.
Sin tiempo
Y que el problema para Antonio Gali, es que a estas alturas, con poco más de dos meses y con las navidades de por medio, para su Informe de Gobierno, no va a tener tiempo para deslindarse como le recomiendan.
Ni de forjarse en dos meses un perfil político propio.
Porque en el tiempo que lleva de alcalde, no ha podido, no ha querido, o no le han dejado hacerlo.
Por ejemplo, su oficina de comunicación social ha emitido diez comunicados en los 26 días que lleva este mes, cuando la del Gobierno del Estado emite dos y hasta tres boletines diarios promoviendo las actividades de Moreno Valle, más otros tantos de las dependencias.
Si es porque el Ayuntamiento no tiene logros que difundir, malo; pero si es porque desde instancias superiores se le ha impuesto a Gali un bajo perfil para no hacer sombra, peor.
Pésimo para su carrera política rumbo a la gubernatura. Por eso sigue en el aire la pregunta:
¿De qué se ríe Antonio Gali?
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