martes, septiembre 20, 2016

Curas ajusticiados y sus asesinos se conocían, convivían y estaban bebiendo

El sacerdote y el sacristán que fueron asesinados en la entidad conocían a sus victimarios, aseguró el Fiscal General del Estado (FGE) de Veracruz, Luis Ángel Bravo, según relata Reforma.

El discal detalló que los dos religiosos se encontraban en una reunión con los presuntos asesinos en la Iglesia Nuestra Señora de Fátima en Poza Rica.
"Aquí, víctimas y victimarios se conocían, estaban conviviendo y estaban tomando licor, después de cierto rato de estar conviviendo se descompuso esa reunión y se tornó en violencia", explicó Bravo al ser cuestionado por medios locales en Córdoba, Veracruz.
El funcionario negó que el secuestro y los asesinatos de Alejo Nabor Jiménez y José Alfredo Suárez hayan estado vinculados a la delincuencia organizada.
"No es un tema en donde algún sacerdote haya sido objetivo de la delincuencia organizada, no es un secuestro tampoco, estaban conviviendo", aseguró Bravo.
Informó que luego de que la reunión se tornara violenta, los presuntos asesinos robaron 5 mil pesos de limosna y dos vehículos, una camioneta pick up RAM y un sedán Lancer.
Precisó también que el cuerpo del cura presentó nueve impactos de bala de arma corta y el sacristán un impacto, también de arma corta de fuego.

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