jueves, octubre 13, 2016

Colapsa el binomio Peña-Duarte; Veracruz acabó como un tóxico electoral para el PRI

Raymundo Rivapalacio en su columna Estrictamente Personal, de El Financiero,m señala que el colapso de Javier Duarte es la expresión más clara del por qué todas las crisis terminan en el despacho del presidente Enrique Peña Nieto. Frívolo y soberbio, Duarte dejó de escuchar a todos cuando a principio de año, a punto de iniciar la campaña para su sucesión como gobernador en Veracruz, sentía que había librado todos los obstáculos, el del entonces secretario de Hacienda, Luis Videgaray, que decía que el desastre financiero que tenía equivalía a haber quebrado al estado.


El meollo del asunto

También el del entonces líder del PRI, Manlio Fabio Beltrones, que, por la inseguridad, las acusaciones de corrupción y el desgobierno, le pidió a Peña Nieto que buscara una salida para Duarte, porque de otra forma no ganarían la elección de junio. 
El Presidente los hizo a un lado. Defendió a Duarte y se lo encargó al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien le extendió la protección. Duarte sangró permanentemente este año y Veracruz se convirtió en un estado electoralmente tóxico para el PRI, que contaminó al resto de las elecciones al convertirse en un problema nacional.

Aquí la columna

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