«Tiene entrada al mercado común quien reconoce y acepta cuatro libertades de movimiento: de personas, de bienes, de servicios y de capital. Noruega, por ejemplo, no es miembro de la UE, pero forma parte del mercado común porque acepta esos cuatro principios», ha sugerido la canciller alemana.
Con ello da a entender que si Reino Unido pasa por el aro de mantener la libre circulación de ciudadanos europeos en su territorio, podrá seguir manteniendo las mismas relaciones comerciales con los socios europeos que mantenía hasta ahora y que aceptar la libre circulación de ciudadanos es esa «diferencia sensible» que separa el formar o el no formar parte del bloque.
Con estas palabras, Merkel desautoriza a su ministro de Finanzas, que reiteradamente había dicho durante la campaña del referéndum que «out is out», y se justifica a sí misma recordando que «todavía no somos capaces de medir al completo las consecuencias de lo que está ocurriendo».
La canciller alemana tampoco aconseja prisas porque, ha dicho en su declaración de gobierno con la que fija la postura de Alemania de acuerdo al Consejo Europeo que se celebra hoy y mañana en Bruselas, «Reino Unido debe pensar muy bien sus decisiones».
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