Raymundo Rivapalacio en su columna Estrictamente Personal, de El Financiero, afirma que una razón poderosa por la cual Javier Duarte pudo haber salvado un proceso de juicio político como gobernador de Veracruz para enfrentar acusaciones de presunto enriquecimiento inexplicable y desvío de recursos, debe encontrarse en la amenaza que deslizó a finales del año pasado: una parte del dinero que afirmaban que había caído en su bolsa, dos mil 300 millones de pesos –decían–, habían sido para la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto en 2012. ¿Es verdad?
El meollo del asunto
Muy pocos podrán hablar con pleno conocimiento de ello, pero lo que es cierto es que el presidente no autorizó que el PRI buscara el desafuero, con lo cual la campaña para renovar al Ejecutivo en Veracruz se convirtió en un pantano de estiércol.
Aquí la columna
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