Habitantes de Tultepec, donde una serie de explosiones en el mercado de fuegos artificiales dejó 31 muertos, peregrinan por los hospitales en busca de sus seres queridos. Para algunos el último sitio adonde buscar fue la morgue, según relata Milenio.
"Acabamos de identificar a mi tía", dijo Janet Pérez, arropada con una manta en la puerta de uno de los servicios forenses.
"Estaba muy quemada pero se la pudo reconocer. Ahora queremos saber cómo están su hijo y su nieto, de 15 y 9 años. Nos han dicho que están en uno de los hospitales pero todavía no sabemos su estado", agregó.
Desde primera hora familiares desconsolados llegaron a la morgue en busca de respuestas que muchas veces no llegaron: las autoridades advirtieron que algunos de los cadáveres están tan quemados que solo podrán ser identificados con pruebas genéticas.
"No encuentro a mi papá y mi mamá está muy quemada", dijo entre lágrimas Juana Antolina Hernández. "Estoy esperando que me digan si está aquí mi papá, pero de momento nada".
Hernández, de 49 años, tenía un local en el mercado junto al de sus padres. La fabricación de fuegos artificiales, un oficio del que está orgullosa, se ha transmitido en su familia de generación en generación.
Sólo recuerda que en el momento de la explosión se echó a correr y luego "todo terminó en nada".
El mercado presumía de ser el más seguro de América Latina.
Aquí la crónica de Milenio
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