El restaurante Hooters, en la larga historia de disputas entre los panistas mexiquenses

Enrique Aranda en su columna De Naturaleza Política, de Excélsior, exclama: ¡Vaya singular y deprimente espectáculo…! el que, de manera al parecer (políticamente) calculada, viene ofreciendo el panismo del Estado de México, dos de sus actuales protagonistas de manera especialmente destacada, en vista a la definición de quién habrá de representarle en los estratégicos comicios de junio próximo en el que se elegirá al sucesor de Eruviel Ávila Villegas, el actual gobernador de extracción priista.
La soterrada disputa por el control del blanquiazul en la vecina entidad, más “el (público y escandaloso) cobro de facturas pendientes…” entre los alcaldes de Huixquilucan y Naucalpan, Enrique Vargas del Villar y (el impresentable) Edgar Olvera Higuera, permitió, en las últimas horas, poner en evidencia la endeble unidad de la militancia

El meollo del asunto

El cierre, la noche del viernes del restaurante Hooters-Satélite, propiedad deVargas, por supuestas irregularidades de carácter administrativo detectadas por el ayuntamiento, efectivamente, dio paso al intercambio de toda suerte de imputaciones y amenazas (penales y hasta de juicio político) entre el mencionado alcalde-empresario y su par en territorio naucalpense, Olvera, a quien él, presumiblemente, clausuró antes un centro comercial propiedad de sus familiares “desde hace 20 años, al menos”.
Lo cierto es que, al margen de detalles del penoso incidente que derivó ya en problemas para la ciudadanía, la triste situación que enfrenta en la actualidad el panismo mexiquense no es sino la resultante de una larga historia de disputas y confrontaciones.

Aquí la columna

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