viernes, mayo 13, 2016

Ayotzinapa: los normalistas se fueron a meter en el caldero del diablo

Raymundo Rivapalacio en su columna Estrictamente Personal, de El Financiero, considera que el móvil de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa la noche del 26 de septiembre de 2014 sigue siendo un misterio. 
“No hay móvil porque todo sucedió sin planearlo”, sugiere el exprocurador Jesús Murillo Karam. 
Lo que plantea tiene sentido. Cuando se revisa la mecánica de los enfrentamientos de los policías de Iguala con los estudiantes y los lugares donde sucedieron, se puede apreciar que los jóvenes iban de regreso a Chilpancingo cuando fueron interceptados y, por razones desconocidas, se profundizó la violencia y fueron secuestrados. 

El meollo del asunto

¿Qué sucedió? La variable del narcotráfico siempre ha estado presente, desde las primeras declaraciones de los criminales que presuntamente los mataron, que han dicho que estaban infiltrados por una banda criminal enemiga, hasta el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes, que ha reiterado que la línea de investigación del narcotráfico debe ser agotada.
No se sabe hacia dónde irá a parar esa hipótesis de trabajo de la PGR, pero el contexto permite asomarse al caldero del diablo en el que se metieron los normalistas aquél día.

Aquí la columna

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