Casos Duarte y Padrés, para lavar la miserable imagen del PAN y el PRI y sus dirigentes

Enrique Aranda en su columna De Naturaleza Política, de Excélsior, considera que luego de que, el 26 de septiembre, la Comisión de Justicia del Revolucionario Institucional suspendiera los derechos partidistas del entonces gobernador de Veracruz en funciones, Javier Duarte de Ochoa, acusado de corrupción y otros delitos, la Comisión Anticorrupción de Acción Nacional, en un proceso similar a aquél, hizo lo propio, este miércoles, con el exgobernador Guillermo Padrés Elías, de Sonora, acusado también… ¡de corrupción y otros muchos ilícitos!
Aplaudir estas acciones sabe más a búsqueda de justificación o innecesario deslinde, que a simple y real intención de hacer justicia.

El meollo del asunto

Uno y otro de los casos, y algunos más que pudieran venir a futuro, parecen evidenciar, más bien, la realización de “maniobras (desesperadas) de coyuntura” sin más propósito que tratar de contener, o minimizar al menos, el daño que escándalos como éstos causan a la de suyo pobre, miserable, imagen de los partidos, el PRI y el PAN en este caso o, peor, (revelan) un claro intento por generar la percepción de que sus dirigentes de turno, Enrique Ochoa o Ricardo Anaya, son una suerte de adalides de la honestidad que, ahora sí, aplicarán con todo rigor la propia legislación y evitarán excesos que sus antecesores, simple y sencillamente, dejaron pasar…

Aquí la columna

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