Por Cosme haces
Cuentan, y espero no equivocarme porque cito de memoria, que el invierno del año 404 fue tan frío que se congeló el Rin.
Suevos, vándalos y alanos atravesaron el río a pie. Cruzaron Europa y llegaron hasta España; los vándalos se siguieron por el norte de Africa.
Para el año 414, los visigodos con su rey Alarico al frente habían llegado a Roma, se apoderaron de la urbe, la saquearon.
El imperio se cimbró.
Los bárbaros andaban de acá para allá por Europa haciendo de las suyas. Los emperadores perdieron autoridad. Los generales andaban a lo suyo y no les hacían caso. Y los pensadores, San Agustín entre ellos, buscaban explicaciones al caos y proponían nuevas fórmulas de convivencia.
Andando el tiempo, el Imperio Romano había desaparecido y un nuevo orden regía el mundo entonces conocido.
Catastrofismo
No es intención de esta columna predicar el catastrofismo, pero salvadas las distancias, hay señales para sospechar que el orden que rige en nuestros tiempos, se está desmoronando.
En lo local, en lo internacional y en lo global.
En el caso de México es evidente el deterioro de la autoridad para mantener un orden aceptable.
Junio ha sido un mes caótico.
Las elecciones rompieron con la hegemonía del PRI en estados donde venía gobernando ininterrumpidamente desde hacía décadas. Nuevos pactos políticos rigen ahora la convivencia de los mexicanos: pactos que no van por los cauces conocidos.
Una facción gremial, por ejemplo, los maestros de la CNTE ponen en jaque al gobierno.
Secuestran a un estado, Oaxaca; meten al escenario político fuerzas hasta ahora clandestinas como las guerrillas; y provocan una batalla sangrienta con la Policía Federal, que en el colmo de la ineficiencia, incurre en una matanza de por lo menos 9 personas, de las cuales ninguna es maestro.
Obligan al gobierno a un diálogo donde ellos ponen las condiciones, y se convierten en un factor de poder que va a tener peso propio en la sucesión presidencial de 2018.
Penalty
En el plano internacional, los ingleses rompen con un pacto también de décadas por el que formaban parte de la Unión Europea. Dan el triunfo al Brexit, la retirada de Europa, en un referéndum que se les va de las manos.
Y ponen el orden mundial de cabeza. No creen en la globalización.
Tampoco cree en la globalización Donald Trump, el ya virtual candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos.
Y las elecciones en España, evidencian también que el orden político bipartidista que regía en ese país, ya no funciona, y que después de dos competencias electorales, aún ninguna de las fuerzas está en condiciones de formar gobierno.
La Hora Cósmica no cree en teorías conspiranoicas; pero si fuera verdad que existe un gobierno mundial, una mano que mece la cuna de todo el mundo, es evidente que esa batuta global está perdiendo autoridad.
La gente ya no sigue sus consignas.
Y para colmo Lionel Messi falla su penal y se desmorona.
A ver quién le pone orden a este desorden global.
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