jueves, julio 21, 2016

Corrupción, el elefante en la sala que el presidente Peña Nieto no ha querido ver

Raymundo Rivapalacio en su columna Estrictamente Personal, de El Financiero, cuenta que las redes sociales se inundaron este miércoles de felicitaciones para el presidente Enrique Peña Nieto por sus 50 años de vida. Que lo disfrute porque le quedan dos cumpleaños más a lo máximo, donde esta apoteosis dejará de ser sincera. Los políticos no saben cuántos amigos artificiales tienen hasta que dejan de ser poderosos. Los presidentes viven situaciones más crueles, porque el final de su existencia pública los excesos y los privilegios caducan cada seis años sin posibilidades de reinvención. 


El meollo del asunto

Peña Nieto debe asumir seriamente esta realidad porque, a diferencia de sus antecesores, a estas alturas del sexenio la desaprobación a su gestión sigue creciendo. A las resistencias a sus reformas, los yerros en el mensaje para venderlas y su encapsulamiento en Los Pinos, se le conectan dos variables tóxicas: la corrupción y la percepción de que como no se había visto en décadas, es rampante y descarada. La corrupción es el elefante en la sala que el presidente no ha querido ver, que magnificó el conflicto de interés en el que cayó en la llamada 'casa blanca', que apenas reconoció como un error.

Aquí la columna

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